lunes, 4 de abril de 2022

Un negocio mundial


No hay duda de que el Mundial del Fútbol es la justa más importante y políticamente la más poderosa del deporte. Bueno, cuando veo que a Brasil le toca con Serbia y Suiza, a Francia le ponen a Túnez, Dinamarca y posiblemente a Perú para que se los engulla, pero la maldición del campeón es más fuerte y a Argentina con Arabia Saudita y Polonia, creo que lo de “justa” es hasta por ahí no más, porque el actual sistema de sorteo está más arreglado que caja de tomates y sigue estando muy sujeto a los intereses de los organizadores y auspiciadores.

¿Cómo olvidar la imagen del secretario general de la FIFA, el francés Jerome Valcke, escondiendo los papelitos en el sorteo del Mundial de 2014?

Se entienden las variables del negocio y de los intereses creados, pero no se puede seguir con la actual distribución de los grupos. ¿Este torneo no debería enfrentar a todos contra todos? ¿Por qué cuidan tanto el actual formato de campeonato?

En los Mundiales de 1962, 1974 y 1982, nos tocó con Alemania en la primera ronda, en las citas de 1962, 1966 y 1998 con Italia en la misma instancia y en las últimas tres presentaciones mundialistas de 1998, 2010 y 2014, Brasil fue el rival en segunda ronda. ¿Esto será mera casualidad si el 99,9% de las probabilidades indica que Brasil le gana a Chile?

Asimismo, en las finales de 2002, 2006 y 2010, no solamente se enfrentaron Brasil y Alemania, Francia e Italia y España y Holanda, sino que Nike frente Adidas, Adidas frente a Puma y Nike ante Adidas nuevamente. En las finales de 2014 y 2018, el monopolio se enfrentó a sí mismo con Argentina y Alemania vestidos por Adidas y Francia y Croacia vestidos por Nike ¿También es casualidad? El negocio es redondo y funciona mejor, si Messi el mejor jugador del Mundial 2014  y el premio se lo entrega… Adidas.

Claro, nos gusta ir a la máxima del balón y nos da pena quedar afuera, pero este al fin y al cabo, es un negocio mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario