miércoles, 18 de enero de 2012

La "Copa de Cartón"



No había por dónde. Veinte años dimos jugo en las citas continentales y ahora venimos con que la Sudamericana es más penca que la Libertadores.
Es que Jorge Sampaoli le tapó la boca a medio mundo. Sí, el “Bielsa de los pobres”, el mismo que llegó a parchar a Diego Simeone, al que sus pupilos no le entendían ni jota. ¿Se acuerda de que a Platko, a Mirko y al mismo Bielsa tampoco?
El oriundo de Casilda arribaba a un club que se decía grande pero que no conocía de júbilos internacionales. En pedir no hay engaño y los concesionarios azules se la cantaron clarita al D.T.: clasificar a la Copa Sudamericana y alzar el Torneo de Clausura 2011.
Como buen argentino, el estratego se creyó el cuento y confió en sí mismo incluso cuando los suyos lo quisieron como pebre.
Un 12 de junio de 2011, Sampaoli se resarciría al arrebatarle el Apertura a la Universidad Católica. De ahí para adelante nadie contuvo su bosquejo ofensivo: ni la inexpugnable localía de los del Atlántico, ni la altura de Quito y menos la “mufa” del Nacional.
Nos cuesta tanto ganar algo y tan poco que nos cuesta chaquetearlo.
Cuando un equipo juega bonito, hay que dejar las miserias deportivas a un lado,  ponerse de pie y aplaudirlo. Que nunca más nos vuelva a faltar la chaucha para el peso; que tampoco se nos cruce la fatalidad del chileno y que a los archirrivales se les pegue el espíritu santo.
No quiero esperar dos décadas  para gritar campeón y para que otro foráneo venga a sublevar a nuestros futbolistas. Quizás alguien se anime a ganar la “Copa de Cartón”.