viernes, 8 de abril de 2011

¡A trotar!


El domingo pasado seguí ininterrumpidamente la transmisión de la Maratón de Santiago y me terminé contagiando con la fiebre por las corridas que organizan las grandes marcas deportivas. Usted comprenderá que con la humanidad de Schiappacasse a toda pantalla, ¡no es una tarea fácil!
Convengamos que, a cierta edad, cuesta mantener un buen estado físico: el trabajo sedentario, las cervezas y la parrilla nos pasan inexorablemente la factura. Para qué decir lo que cuesta reunir a los amigotes en torno a una “pichanga”. Las excusas nunca faltan: que la guagua, que no tengo plata o que estoy cansado.
En ese contexto, el running (prueba deportiva derivada del maratón, que consiste en corridas de menores distancias: 5, 7 ó 10 kilómetros) se convierte en una alternativa para integrarse al deporte. No condiciona tiempo ni espacio; no discrimina respecto a lo social, a lo económico o a lo deportivo.
Es así como cada tarde dejo al energúmeno en la oficina, me pongo los audífonos, las zapatillas y salgo a trotar por las grandes alamedas.  En mi primera semana como runner, le puedo contar que me he sentido mucho más ágil, que ya no saco la lengua cuando subo las escaleras, que respiro tanto o más profundo que un lobo feroz y lo mejor es que he bajado algunos gramos. En la ruta he hecho amistad con deportistas de la tercera edad, con atletas discapacitados, he visto primorosas en ramillete, me he encontrado plata y por ahí también tuve que asistir a un perro que había sido atropellado.
En lo laboral, ando con mejor disposición: ya no rezongo con las órdenes del jefe y me siento mucho más eficiente y competitivo a la hora de la consecución de metas. En resumen, puros beneficios.
Las mujeres que se ven trotando en las calles son muy pocas, quizás es un reflejo de los altos índices de sedentarismo del género. Aunque en el último tiempo se registró una verdadera explosión de féminas, que entrenan a diario y participan incluso en las carreras más exigentes. Las estadísticas al respecto son contundentes: según cifras oficiales del Maratón de Santiago, de los 7.921 participantes inscritos en los 21 km., 6.254 fueron hombres y 1.657, mujeres.
Si con estas líneas se anima a participar en alguna próxima corrida, no se olvide de las elongaciones; así evitará lesiones tendinosas y musculares. Si durante el trote siente alguna molestia, debe parar de inmediato y consultar a un especialista. Invierta en un calzado apropiado, disponga de ropa cómoda, beba líquido las veces que sea necesario y no pierda un segundo más: ¡A trotar!
(Comentario dedicado a Kevin Silva, niño deportista de 14 años que fue  arrollado por un automóvil cuando se dirigía a competir en el Maratón de Santiago y que se debate entre la vida y la muerte en estos momentos).