viernes, 30 de junio de 2017

Con los ojos bien abiertos



Escribo este comentario con emoción y casi temblando, porque estos jugadores chilenos no saben de utopías. El elenco criollo tumbó al campeón de Europa y al mejor jugador del mundo en un partido que se dio más o menos como lo indicaba la lógica: muy cerrado y con un Portugal abusando del contragolpe vía Cristiano Ronaldo por la banda izquierda.
La prensa criolla le hizo queques y tortas toda la semana al delantero del Real Madrid,  y está bien porque es el mejor del orbe. Pero ¿usted alguna vez le vio un partido bueno a Maradona, Rivaldo o Messi ante Chile? Sí, al frente estaba un rival de pergaminos, pero Chile es el rival a vencer y al que nadie quiere enfrentar.
Hasta el 28 de junio de 2014, no había experiencia en instancias definitorias, y aquel duelo por segunda ronda del Mundial ante Brasil, en el Mineirao, marcó un punto de inflexión para este equipo. Allí hubo aprendizaje en el dolor, que luego vio sus resultados en las finales, los alargues y los penales ante los argentinos en Copa América 2015 y 2016.
Este encuentro no se puede analizar desde un prisma tan futbolístico, porque en estas instancias hay que manejar muy bien el aspecto mental. Los argentinos, uruguayos, alemanes e italianos toda la vida han dictado cátedra de pragmatismo,  mientras que nosotros hasta hace muy poco jugábamos como nunca y perdíamos como siempre.
A Juan Antonio Pizzi se le criticó la decisión de incluir a reservas en el partido anterior, pero su idea era tener a todos los titulares disponibles para las semifinales. El resultado le dio finalmente la razón al argentino, y las tres finales en un año y cuatro meses en el cargo tampoco son pura y mera casualidad.
¿Y qué me dice de la actuación de Claudio Bravo? En casi cuarenta años mirando fútbol, no recuerdo haber visto a un arquero que haya atajado toda la serie de penales. Ni a Sergio Goycochea ni a Gianluigi Buffon le vi algo tan épico. Las estadísticas lo ubican desde ayer en una trilogía de arqueros que dejaron su arco en cero en tandas de penales en juegos oficiales de selecciones -pero sus lanzadores además desviaron-: Oleksandr Shovkovskiy, de Ucrania ante Suiza en el Mundial de Alemania 2006, y Justo Villar, de Paraguay ante Brasil en Copa América de Argentina 2011.
Chile, en su primera final de un torneo mundial de la FIFA, frente a Alemania en la revancha del empate a uno en la fase de grupos. En dicho encuentro, la “Roja” dominó en los primeros treinta minutos del primer tiempo, pero el desgaste físico le pasó la cuenta y terminó pidiendo la hora. Sin embargo, los teutones se mostraron vulnerables cuando la pelota se jugó a ras de piso.
El domingo se jugará otro partido y hay que estar muy atentos, porque en las finales, el que pestañea pierde… pero estos muchachos hace rato que están con los ojos bien abiertos.

viernes, 23 de junio de 2017

Los hombres de rojo



La “Roja” nos tiene mal acostumbrados, porque siempre queremos que aplaste, triture y golee, pero no todos los partidos se dan de la misma forma. A Alemania se le marcó tempranamente a los seis minutos -a través de un Alexis Sánchez que se convirtió en goleador histórico- y se le sometió hasta pasados los treinta minutos del primer tiempo, pero ese ritmo no se pudo mantener durante todo el encuentro. El partido físico favoreció a los teutones, quienes  se posicionaron en campo chileno, aunque sin la efectividad de todas las oportunidades que se crearon en el segundo tiempo.
A pesar del cansancio, Chile no renunció a su filosofía futbolística y quemó sus naves con un Arturo Vidal ubicado como un punta retrasado y con los descuelgues de Mauricio Isla por la derecha y los centros de Jean Beausejour por la izquierda. Eduardo Vargas estuvo movedizo y buscó el gol durante todo el encuentro, pero en el primer tiempo chocó un tiro en el travesaño y en el segundo también chocó, pero con una última línea compuesta por cinco defensores alemanes.
En el arco, Johnny Herrera hizo un partido correcto y no tuvo mayor responsabilidad en el empate. Gary Medel, como siempre un bastión en la defensa y que se resintió con el trajín de las acciones: salió reemplazado a los 70’. Gonzalo Jara, conocedor de su puesto, brindó seguridad y administró con criterio la pelota. Charles Aránguiz y Marcelo Díaz todavía no alcanzan sus mejores rendimientos, pero son jugadores regulares que crecen durante la competencia; todavía les falta campeonato. Pablo Hernández es del gusto del entrenador y punto. Juan Antonio Pizzi debió haber reemplazado al hombre del Celta por un Leonardo Valencia que pide más minutos y en ese enroque haber devuelto a Arturo Vidal a su posición original en el mediocampo.
De todas maneras, este Chile es interesante cuando ataca, pero también cuando defiende, y más allá de si era el equipo B de Alemania, siempre se trata de un elenco altamente estratégico. Ya no es casualidad o coincidencia, Chile hace ver mal a sus rivales y los constriñe hasta dejarlos sin reacción.
La clasificación a semifinales por ahora está en suspenso, pero Australia es un rival al que se le venció con holgura en el Mundial de Brasil de 2014, y por nivel de juego exhibido, no debería complicar las aspiraciones de la Selección Chilena. El escritor británico George Orwell decía que la historia la escriben los vencedores, pero por estos días la escriben unos que se visten de rojo.

martes, 20 de junio de 2017

El día del triunfo chileno



La “Roja” nos tiene mal acostumbrados, porque siempre queremos que aplaste, triture y golee, pero no todos los partidos se dan de la misma forma. Más allá de si Camerún fue un adversario de exigencia, es Chile el que hace ver mal aladversario, porque no le entrega la pelota y porque lo ataca con la vehemencia de una manada de felinos. El volumen ofensivo es deslumbrante, pero debe ser contundente, si no ¿de qué sirve? Lo bueno es que Eduardo Vargas se pone la camiseta roja y se acuerda de cómo hacer goles. También hubiese sido interesante, con todo este caudal de ataque, haber visto a los delanteros Nicolás Castillo y Felipe Mora. 
En los descuentos del primer tiempo llegó el 1 a 0 de Chile en los pies de Eduardo Vargas, pero el tanto fue anulado por consulta en el Video Assistant Referee, una “posición de adelanto tecnológica” que no se cobra aquí ni en la quebrada del ají. Asimismo, el veredicto que se realiza dentro de una cabina,  demora como promedio, entre tres y cuatro minutos y deja en suspenso al hincha y al equipo sancionado o favorecido con el cobro. Es casi antinatural para este deporte celebrar un gol con esa tardanza, y la Copa Confederaciones no era precisamente el torneo para experimentar esta modalidad.
Para romper el cerco camerunés, Juan Antonio Pizzi sacó una cartita debajo de la manga y a los 57 minutos mandó a la cancha a Alexis Sánchez en reemplazo del tibio Edson Puch. El tocopillano, que siempre lo arregla todo, envió a los 81’ un centro preciso para el soberbio testazo de Arturo Vidal, que ahora sí abría la cuenta a favor de los nacionales. Chile siguió machacando y el “Maravilla” otra vez se entreveró en el área a los 90’, para buscar su gol histórico. El bosque de piernas africanas lo impidió, pero el olfato de Eduardo Vargas estuvo ahí para colocar el 2 a 0. Otra vez la consulta al VAR y el suspenso para celebrar la conquista.  
En el arco, Johnny Herrera no tuvo problemas ante un rival que lo exigió poco y nada. Gary Medel, sólido como acostumbra en el combinado criollo. Gonzalo Jara, conocedor de su puesto, administró con criterio la pelota y registró más de un noventa por ciento de pases efectivos. Charles Aránguiz y Marcelo Díaz estuvieron bajos, de acuerdo a sus rendimientos habituales, pero ambos son relojitos que se van a ir poniendo a punto a lo largo del campeonato. Mauricio Isla, de rendimiento regular, tuvo algunos descuelgues peligrosos; se espera más de él. Jean Beausejour, importante en contener y descargar por la banda izquierda,  sin una fluida conexión con Puch. Este 18 de junio, la “Roja” instituyó nuevamente el día del triunfo, así como ante España por 2 a 0 en el Mundial de Brasil 2014 y ante México por la Copa América Centenario en la misma fecha, pero en 2016. Curiosamente, todas esas jornadas tuvieron una coincidencia: Eduardo Vargas.

jueves, 15 de junio de 2017

En una de esas, volvemos a celebrar



Aquí no ha pasado nada. No se acaba el mundo si un amor se va, dice la canción, y tampoco si se pierde un partido preparatorio jugando con algunos suplentes y con un jugador menos.
Efectivamente, la expulsión de Gary Medel condicionó el desarrollo del encuentro ante los rumanos, pero es sabido -y como bien lo imita Stefan Kramer- que al defensor a veces se le suelta la cadena y le cuesta controlar sus impulsos.
Este último confronte no sirvió de mucho, porque en el once no hay grandes interrogantes, y ahora menos, con el tanto de Eduardo Vargas. ¿Qué importa que no haga goles en sus equipos, si con la "Roja" los hace todos? Que siga así “Turboman”, para que rinda tal como en las copas América 2015 y 2016. Juan Antonio Pizzi seguramente se inclinará, ante Camerún, por José Pedro Fuenzalida, Leonardo Valencia o Edson Puch como tercer delantero.
No hay relevo en la Selección, y los jugadores que entran demuestran estar muy por debajo del nivel de los estelares: Felipe Gutiérrez, Enzo Roco, Pedro Pablo Hernández y el "Gato" Silva son un ejemplo de ello. En el partido ante Rusia, Johnny Herrera ya se vio lento en algunas reacciones, y eso preocupa de cara al debut del domingo y frente a rivales de mayor exigencia. El retorno de  Claudio Bravo se hace imperioso, porque aun jugando lesionado no tiene reemplazo, y no se avizora hasta por lo menos el Mundial de Qatar 2022.
Acuérdese de que el proceso de “Macanudo” arrancó en marzo de 2016 con una derrota ante Argentina por Clasificatorias en el Estadio Nacional. En la fecha siguiente corrigió y le ganó a Venezuela de visita. Luego, en la previa de la Copa América Centenario y en el torneo mismo, vinieron tres derrotas al hilo frente a Jamaica, México y Argentina. Los agoreros hablaban del peor arranque histórico con cuatro derrotas en cinco partidos, y nadie, pero nadie daba como campeón del torneo al equipo chileno. En enero de este año, alzó la China Cup con un equipo novel y así el rosarino sumó su segundo título al mando de la “Roja”. De esa nómina, el estratego ha considerado a César Pinares, Ángelo Sagal y Guillermo Maripán, entre otros.     
A los zahoríes del fútbol, hay que decirles que la derrota de Camerún ante Colombia por  3 a 0 tampoco dice mucho, porque los partidos por los puntos son los que valen. A esta generación hace rato que la están jubilando, pero en la cancha se ven los gallos, y estos sí que son de pelea. La Copa Confederaciones es una nueva página abierta para que estos muchachos buenos para la pelota sigan escribiendo su historia grande y linda.
La fiesta ya comienza: vaya por la carne y la cerveza, porque en una de esas, volvemos a celebrar.

viernes, 9 de junio de 2017

Pizzi en busca de la fórmula Confederaciones



No era un duelo para medir fuerzas o para sacar grandes conclusiones. Más bien era un partido “cacho” -como diría el arquero Johnny Herrera-, por el impresentable equipo que trajo Burkina Faso a Chile. Tampoco se trataba de un partido fácil, porque la rusticidad de un rival siempre es un problema. Acá Juan Antonio Pizzi fue más papista que el Papa, porque arriesgó lesiones gratuitas al alinear a sus estelares. Edson Puch, Charles Aránguiz y Marcelo Díaz, fueron las principales víctimas del vehemente juego del conjunto africano.
Las caras nuevas aprovecharon la instancia para mostrarse, con dispar suerte y dentro del parámetro de exigencia del encuentro. Guillermo Maripán tuvo una faena tranquila, debido al escuálido poder ofensivo de Burkina Faso. Angelo Sagal buscó el gol incansablemente: en algunos intentos falló en la definición y en otros contó con la inspirada jornada del arquero Sawadogo. El tercer gol, coronaría todo su esfuerzo. Martín Rodríguez tuvo un gran despliegue por el sector izquierdo y se dio maña para asistir a Arturo Vidal en la apertura de la cuenta. César Pinares ejecutó dos disparos de peligro y habilitó a Vidal en la segunda diana. El colocolino Gabriel Suazo demostró su ímpetu, y el azul Yerko Leiva no gravitó en los minutos que jugó. Pero la noche tuvo un “Rey”, y ese fue Arturo Vidal, quien llevó la batuta y se comió la cancha. No hay otro con sus características, y ya se le puede poner a la altura de Don Elías Figueroa. Gracias a las dos conquistas ante la débil escuadra africana, el volante llegó a los 22 goles en 88 partidos por la Selección y quedó como séptimo goleador histórico, igualando el registro de Jorge Aravena y superando por uno a Humberto “Chupete” Suazo.
Charles Aránguiz jugó sólo el primer tiempo, pero su cometido tuvo la precisión de un reloj. Mauricio Isla, muy trajinador, pero fallando a ratos en la última puntada; y Jean Beausejour, un permanente factor ofensivo que casi anota en el primer tiempo, pero bajo dentro de su propio rendimiento. Edson Puch se mostró incisivo jugando por el costado derecho del ataque, pese a que en México lo hace por la zona izquierda. No estuvo certero a la hora de definir y fue reemplazado por Leonardo Valencia a los 67’. El próximo confronte será con Rusia, el anfitrión de la Copa Confederaciones, que viene de golear a Hungría por 3 a 0. Juan Antonio Pizzi tiene prácticamente definido el equipo titular para la competencia, pero todavía le da vueltas algunas vueltas al rendimiento de Eduardo Vargas y al tercer hombre de ofensiva. Los amistosos deberían definir si la opción es: Pedro Pablo Hernández, José Pedro Fuenzalida, Felipe Gutiérrez, Edson Puch, Leonardo Valencia o Martín Rodríguez. Falta poco para el inicio de la Copa, pero Pizzi todavía tiene tiempo para encontrar la fórmula.