lunes, 30 de junio de 2014

Lo dejaron todo en la cancha



Sí, los tuvimos en las cuerdas, los hicimos sufrir y a ratos los dejamos en ridículo ante su público. Pero lamentablemente no los noqueamos.

La historia pudo ser tan distinta si hubiese entrado esa pelota de Pinilla o quizás si Jorge Sampaoli no hubiese mandado a Jara a definir una serie tan importante. Bueno, también si mi abuelita hubiese usado bigotes, hubiese sido mi abuelito. Lo cierto es que no supimos cómo engullirnos a un Brasil inocuo, sin ideas y absolutamente inofensivo.

Tal como presagiaban los especialistas, Chile le iba a hacer pasar un mal rato al dueño de casa y así fue no más. Sin embargo, nuestra impericia en instancias definitorias nos pasó la cuenta. Tampoco hay que olvidarse de que Brasil es un combinado que ha jugado todas las Copas del Mundo y que históricamente se ha tuteado con la presión y con las finalísimas. Nosotros, en tanto, comenzamos a conjugar el verbo competir a partir del proceso Marcelo Bielsa. Algo atrasados, pero parece que estamos aprendiendo las lecciones.

Chile realizó un correcto Mundial y no hay doble lectura al respecto. Se le ganó con algo de nerviosismo a Australia en el debut, se derribó a una potencia como España y se cayó en la lucha con los holandeses. Convengamos en que  la “Oranje” condicionó el desarrollo y el liderato del grupo B con la goleada que les propinó  a los españoles en el primer partido de la fase. Para evitar a Brasil, la “Roja” debía ganarles a los crecidos tulipanes por dos goles de diferencia.

En pedir no hay engaño y queríamos ser primeros del grupo, pero nos tocó enfrentarnos con los actuales campeones y vicecampeones del mundo y después con el anfitrión del torneo. Como nunca, jugando en el extranjero se clasificó anticipadamente y con holgura a una segunda ronda. Muchos daban por ganado el partido ante Holanda y pocos o casi nadie imaginó un triunfo tan rutilante ante España. Un equipo que supuestamente viene en “bajada”, pero que cuenta con jugadores que ganaron los torneos más importantes de clubes en  Europa. 

Esta pasada por octavos de final en Brasil 2014 no fue igual a la de Francia ’98 y Sudáfrica 2010. Así como lo hizo en la “U”, Jorge Sampaoli logró trasuntarles a sus pupilos todo el amateurismo, el sacrificio y la rebeldía con que mira  la vida y el fútbol. ¿Dígame si no le dio gusto ver a Chile como el gato maula  y a sus rivales como el mísero ratón? 

Cómo no referirse a las épicas actuaciones del arquero Claudio Bravo, a quien le faltaban estos partidos consagratorios jugando por la selección chilena. También a un Gary Medel que puso lo que hay que poner en una Copa del Mundo y que salió con su pierna a la miseria de la batalla del Mineirao. Mismo caso para un Arturo Vidal que, a un 60% de sus capacidades, arriesgó su salud para estar presente en el Mundial. La consagración también llegó para Charles Aránguiz y Alexis Sánchez, dos jugadores que le ganaron a la vida a punta de talento y sacrificio y que descollaron en la máxima planetaria del balón.  

En la hora de las evaluaciones, también sería bueno preguntarnos quién podría ser el continuador del trabajo de Jorge Sampaoli en caso de que el trasandino no siga al mando de la selección nacional.

Es cierto, quedamos en el camino y no se superó la marca de las últimas presentaciones mundialistas, pero más temprano que tarde venceremos a la historia y también a nuestros espectros futbolísticos. Por ahora, un aplauso para estos gladiadores chilenos que, en el intento, lo dejaron todo en la cancha.