miércoles, 30 de marzo de 2022

¿Y ahora quién podrá salvarnos?

 

La eliminación de Chile al Mundial de Qatar 2022 tiene dos responsables directos: Arturo Salah y Pablo Milad. 

Como bien dice Mauricio Pinilla, Milad es muy fresco, porque le está echando la culpa a Reinaldo Rueda, pero fue Salah quien ratificó al colombiano en el cargo, cuando no se jugaba a nada y no se evidenciaba ninguna señal de progreso para el fútbol chileno.

Rueda, porque paraba los equipos de atrás para adelante. Durante un año completo puso a Roco y Maripán como defensas centrales e increíblemente subió a Medel al mediocampo, cuando ya estaba consagrado en el centro de la zaga. Luego, bajó a Medel a la defensa. En delantera, insistió con Junior Fernandes. Estaba clarito.

Cuando la letargia de Rueda nos consumió, Milad contrató a Martín Lasarte. Un tipo bonachón y simpático, pero que no era un entrenador de selecciones, sino de clubes. 

El D.T. charrúa hizo lo que pudo y en sus primeras fechas en el cargo nos fuimos a puros empates y derrotas, porque no encontraba el camino al gol. Del cielo le cayó Ben Brereton y si no fuera por el delantero nacido en Inglaterra, hubiésemos estado eliminados varias fechas atrás.

Martín Lasarte no hizo equipo y sin asco, le echó mano a la generación dorada y la terminó de fundir. En Brasil, puso a siete jugadores de la Generación Dorada y la verdeamarelha nos pasó por arriba con su exhuberancia física. 

A "Machete" le faltó llamar a Waldo Ponce, Matías Fernández y Humberto Suazo y volvíamos de una a la alineación de Sudáfrica 2010. 

Nadie habla de darle tiraje a la chimenea, de invertir en divisiones inferiores, de torneo de reservas y de sparrings de la selección. La ANFP quería resultados sin gastar y llevándoselas todas. 

Y si siguen trayendo entrenadores de clubes, van a seguir colocando en cancha en el siguiente proceso clasificatorio a Bravo, Isla, Mena, Medel, Aránguiz, Vidal, Sánchez, Vargas y dos más, porque "no hay más jugadores". 

El nuevo entrenador de Chile, debe exhibir en su currículum: participaciones mundialistas, ser semifinalista de alguna cita planetaria y presentar un proyecto formativo. Otra cosa no sirve. 

¿Pellegrini? Lo veo tan alejado de nuestra idiosincrasia, de nuestra gente y respondiendo por cumplir, cuando le preguntan por la selección, que creo que no es la opción. 

Mauricio Pinilla y Jean Beausejour proponen a Sebastián Beccacece por todo su crecimiento en el fútbol argentino, pero no podemos seguir siendo la práctica profesional de entrenadores trasandinos. 

¿Marcelo Bielsa? No va a venir, porque es otro tiempo y siguen las mismas estructuras de las sociedades anónimas que han depredado a nuestro fútbol. 

¿Pudimos traer a Ricardo Gareca? ¿Y por qué no lo hicimos? Fue tercero en la Copa América 2015, segundo en la Copa América 2019, semifinalista en la Copa América 2021, clasificó al Mundial Rusia 2018 y al Repechaje Qatar 2022.

¿Y ahora quién podrá salvarnos? ¿Cuál es su elección?

 

martes, 29 de marzo de 2022

Los colores de los tiznados los llevo en mi corazón

La camiseta de Ferro no es cualquier camiseta, la camiseta de Ferro es la piel de una de las instituciones más tradicionales del fútbol chileno, que no nos olvidemos, este año cumple ciento cinco años.

El destacado escritor chileno Roberto Bolaño dijo que nuestra camiseta, era la más bonita que ha habido jamás en el fútbol patrio. Y vaya cuánta razón tenía Bolaño, quien vivió por muchos años en España y conoció la belleza de las camisetas de los clubes de ese país.

Asimismo, el escritor Carlos Cerda escribió el cuento Ferrobádminton, donde describe lo que es ser hincha del tiznado y la impronta de nuestro equipo.

Alguna vez la camiseta de Ferroviarios fue azul con una V al estilo de Vélez Sarfield de Argentina en los cuarenta, también fue roja en homenaje a la locomotora Reina Sofía en los setenta cuando jugaron Leonel, Fifo Eyzaguirre y Pluto Contreras, pero el amarillo y negro es el distintivo de nuestro equipo en su versión listada o con una franja.

Recuerdo que, en mi adolescencia, mi madre me hizo una camiseta cosida a mano con retazos de tela amarilla y negra que compró en la feria y cuando había partido en San Eugenio me la ponía. También la usaba cuando jugaba a la pelota y los amigos del barrio me preguntaban. ¿De qué equipo es esa camiseta? Del Ferro, les decía y ellos me volvían a preguntar ¿Qué es el Ferro?

Bueno, hoy en la distancia del tiempo, les podría decir que el Ferro no es una moda, sino algo que se lleva en la sangre. Nací en el barrio San Eugenio, soy hijo de ferroviario y crecí entre los rieles de la Maestranza y sonido del pitar de las locomotoras.  A mucha honra digo que soy hincha del tiznado, pero también soy un hincha que abraza a los suyos cuando gana y que tiene la capacidad de felicitar al rival cuando pierde. Esas enseñanzas me las entregó mi viejo y como el amarillo y el negro, siempre las llevo en el alma y en el corazón.

Defiendan y transpiren esta camiseta muchachos, porque la camiseta de Ferro no es cualquier camiseta, la camiseta de Ferro es la piel de una de las instituciones más tradicionales del fútbol chileno y ceñirse esta camiseta, implica la responsabilidad de cargar sobre los hombros, la historia de la antigua Empresa de Ferrocarriles del Estado y los trabajadores que construyeron la identidad de nuestro club deportivo.

Esta camiseta tiene peso y otrora los equipos “grandes de Santiago” como Colo-Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica fueron derrotados por nuestra noble institución. Familia ferroviaria, termino mis palabras diciéndoles que los colores del tiznado los llevó en mi camiseta, pero también en mi alma y corazón.

Estos muchachos son extraordinarios y no conocen los límites


En estos días se habla de “The last dance”, cuando un deportista o equipo se despide de la alta competencia. En español esto se traduce a “El último baile” y se aplicaría a la “Generación dorada”, como su último proceso clasificatorio que disputaron rumbo al Mundial Qatar 2022.

Sin embargo, hace más de diez años que estoy escuchando decir que es el último baile de esta gloriosa camada de futbolistas chilenos.

En la Copa América de 2011, luego de la eliminación ante Venezuela en los cuartos de final, se habló de recambio tras el primer fracaso de Claudio Borghi al mando de la Selección. Posteriormente, clasificaron al Mundial de Brasil en 2014 bajo la dirección técnica de Jorge Sampaoli y después de la dramática eliminación ante el local en los octavos de final, también se esbozó el final de un ciclo, pero los jugadores se hicieron la promesa de ganar la Copa América de 2015 que se iba a jugar en casa.

En el torneo que se disputó en Chile, cumplieron su palabra y alzaron el título. Al año siguiente, se disputó la Copa América Centenario y tras perder el primer encuentro con Argentina y jugar irregulares partidos con Bolivia y Panamá en la primera fase, algunos ya los estaban retirando.

Sin embargo, en la otra ronda derrotaron abultadamente a México por 7 a 0 y todo cambió. Esto escribí el martes 21 de junio de 2016: “Quizás las críticas les hirieron el amor propio a los jugadores, pero de repente las bandas comenzaron a entenderse a la perfección y los pases que se entregaban errados ahora eran correctos. Los goles perdidos ahora entraban de uno en uno, hasta llegar a siete. Eduardo Vargas se matriculó con cuatro y a nadie le preocupa si no convierte en Italia, Inglaterra, España o Alemania. ¿Para qué?, si por Chile los anota todos y ya superó el récord de Carlitos Caszely y ahora va por el de Iván Zamorano. Alexis, con veintisiete años, es el segundo goleador histórico y va por los cien partidos con la camiseta chilena. Claudio Bravo recibió el afecto de la familia y volvió a lo suyo, a dejar el arco chileno en cero. ¿Qué dirán ahora los que lo estaban jubilando?”.

Alzaron el bicampeonato de América y posteriormente fueron vicecampeones de la Copa Confederaciones. Este último, no fue un segundo lugar cualquiera, este fue un segundo lugar donde estaban los campeones de todos los continentes y donde derribaron a Australia, Camerún y Portugal de Cristiano de Ronaldo.

¿Ahí se acabó la generación dorada? No. Pelearon hasta el último partido por un cupo al Mundial de Rusia de 2018, pero sus integrantes que ya bordeaban los treinta años, acusaron el desgaste de participar en el torneo confederativo y cayeron en el último tramo de las clasificatorias con Paraguay de local y Bolivia de visita. El entrenador Juan Antonio Pizzi, tampoco le puso mucho empeño en este tramo de la competencia y allí se hipotecó el paso al Mundial.   

En 2019 en la Copa América de Brasil, la “Generación dorada” dirigida por Reinaldo Rueda, tuvo un revival y derrotó en los cuartos de final a Colombia en la definición a penales y se metió entre los cuatro mejores del torneo. Posteriormente, cayó estrepitosamente con Perú en semifinales y en la definición por el tercer puesto, cedió ante Argentina con los recordados pechazos de Lionel Messi y Gary Medel.

En la versión 2021 del antiguo torneo continental, Chile bajo la conducción de Martín Lasarte hizo una correcta primera fase, donde empató con Argentina y Uruguay y le ganó a Bolivia y perdió con Paraguay. En la otra ronda, casi como una sentencia, lo eliminó Brasil, el organizador de la cita.

El entrenador uruguayo también echó mano a la generación dorada para enfrentar las clasificatorias rumbo a Qatar 2022 y exprimió el limón hasta que no dio más jugo. La farra ante Bolivia y la derrota ante Ecuador, ambos jugando como local, son las espinas del proceso de “Machete”.

Igualmente, hay que sacar los pañuelos y aplaudir a la “Generación dorada” porque dio todo y mucho más. No creo que sea el último baile de estos magníficos futbolistas, porque el próximo año se juega la Copa América, en dos años más hay Juegos Olímpicos y en las clasificatorias rumbo al Mundial 2026, en una de esas, les alcanza a Charles Aránguiz con 37 años y Alexis Sánchez, Mauricio Isla y Eugenio Mena con 38 años. Claro, usted me dirá que son edades respetables, pero acuérdese de que estos muchachos son extraordinarios y  no conocen los límites.

viernes, 25 de marzo de 2022

¡Exijo una explicación!... de la ANFP

Chile está con un pie y tres cuartos afuera del Mundial y Brasil en el Maracaná, no era precisamente el rival para ir a recuperar todo el terreno que se perdió en el camino de las Clasificatorias Qatar 2022. Todavía recuerdo el robo en Montevideo, el empate con Colombia en el Estadio Nacional, la derrota ante Venezuela de visita, la farra ante Bolivia en San Carlos de Apoquindo y la derrota ante Ecuador de local. Esos puntos nos hicieron falta.

Martín Lasarte llegó por emergencia y por bueno, bonito y barato a reemplazar al soporifero Reinaldo Rueda. Su campaña fue en la medida de lo posible, pero también le echó mano a la generación dorada y exprimió el limón hasta que no dio más jugo.
La verdeamarelha llevó peligro constante a la portería de Claudio Bravo, quien recibió cuatro goles, pero evitó otros cuatro o cinco. Es posible que el capitán de la selección pueda participar en el siguiente proceso clasificatorio, porque en su puesto la longevidad no es sinónimo de retiro. A Gary Medel nunca le he visto un partido malo, pero cómo se puede parar el tsumami de variantes ofensivas de Brasil. Paulo Díaz y Enzo Roco se vieron completamente superados en el primer tiempo en el mano a mano con los delanteros verdeamarelhos. Se echó de menos a Guillermo Maripán, aunque también tiene tendencia a cometer penales.
El "Huaso" Isla tuvo un par de descuelgues en el primer tiempo, pero posteriormente no trascendió. Gabriel Suazo no fue la solución en la banda izquierda. Sólo un par de correctas entregas ofensivas. Claudio Baeza salvó el tercer gol y salió reemplazado. Arturo Vidal si juega mal corre y si juega bien, también corre. Brasil no le prestó la pelota y eso lo ha sacado siempre de sus casillas. Charles Aránguiz no fue desequilibrante, porque en esta ocasión tuvo más trabajo de roce y refriega. Perdió un balón en el primer tiempo que pudo ser gol. Alexis Sánchez naufragó en una in-ofensiva chilena. No fue su noche.
No recuerdo cuando fue el último gol de Eduardo Vargas en la selección. ¿Merecía ser titular en vez de Joaquín Montecinos? El joven ariete cambió la cara del equipo con sus eléctricas intervenciones, pero Martín Lasarte se casó en todo su proceso con "Turboman". No lo entiendo.
Me alegró por el ingreso de Ronnie Fernández, será el delantero del futuro con Montecinos y Brereton, pero hoy les tocó el partido más difícil que históricamente ha enfrentado Chile. Antes de decir adiós Qatar 2022, me gustaría escuchar una explicación de la ANFP.

miércoles, 23 de marzo de 2022

¿Existe la archirrivalidad en Chile?


El fin de semana pasado, estuve mirando tres clásicos del fútbol argentino: Independiente-Racing, Rosario Central-Newell's y River-Plate-Boca Juniors.

Bueno, en el otro lado de la cordillera se respira archirrivalidad y competitividad, porque saben sobradamente que los títulos son los que hacen grandes a las instituciones, y es por eso que Boca le hace barullo a River, y Estudiantes de la Plata a Independiente o a Racing, y viceversa (25 Libertadores, 9 Sudamericanas, 10 Recopas y 9 Intercontinentales poseen nuestros vecinos en total clubes del país).

En ese contexto, se entiende que el antagonismo del balompié trasandino proviene de una raíz estrictamente competitiva y no por el simple tinte de una camiseta o quien es el más choro o el que hace el lienzo más grande. Esto último más parece una broma de colegiales.

Recuerdo que hace unos treinta y cinco años, en Chile también se pagaban apuestas jocosas cuando se perdía un clásico. Había algo de civismo y sociabilidad entre hinchas rivales.

Nuestras vitrinas están vacías en relación a certámenes internacionales de clubes y hace treinta y un años que veneramos la Copa del Colo-Colo 91 y con la Copa Sudamericana de la "U" de 2011, vamos por las mismas.

Por eso digo que el súperclasico es una buena pichanga pero que en Chile no hay archirrivalidades. Este es un duelo de popularidades y nada más. Así como otrora fueron los enfrentamientos entre Magallanes y Santiago National o Santiago Wanderers y La Cruz FC.

El barrio y su sentido de pertenencia también son elementos de fuerte disputa allende Los Andes, sino pregúnteles a los leprosos de Parque Independencia (Newell’s Old Boys) y a los canallas del barrio de Arroyito (Rosario Central) en la ciudad de Rosario.

Para qué decir en el barrio de La Boca, donde las casas circundantes a “La Bombonera” están todas teñidas de amarillo y azul. En Chile, los tres “grandes de la capital” están completamente desarraigados de sus orígenes: Colo-Colo, que se fundó en el Estadio El Llano de San Miguel, hizo de local en los Campos de Sports de Ñuñoa, en el Estadio de Carabineros de Cumming con Balmaceda, en el Estadio Santa Laura de Independencia, en el Estadio Nacional y finalmente se instaló en el predio de Pedrero en lo que hoy es el Estadio Monumental de Macul.

La Universidad Católica también se paseó por varios recintos, hasta que se afincó en el desaparecido Estadio de Independencia y desde finales de los ochenta y hasta nuestros días en San Carlos de Apoquindo en Las Condes. La Universidad de Chile que nació en el ala del INBA, también se hospedó en algunos de los coliseos anteriormente citados y que reiteradamente anuncia la instalación de su casa en distintas comunas de la capital. Mirando estas realidades, me asalta una pregunta futbolística, pero también creo que filosófica y existencialista ¿Existe la archirrivalidad en Chile? ¿Qué somos y qué tenemos?

martes, 22 de marzo de 2022

A Diego le gustaban los jugadores como Valdivia


En estos días anunció su retiro Jorge “Mago” Valdivia, tras su negativo paso en el Necaxa de México, club en el que salió anticipadamente en esta temporada 2022. No hay duda de que el mediocampista es un superdotado del fútbol y en muchos pasajes de su carrera, regaló pases filtrados, habilitaciones precisas, jugadas mágicas y goles de ensueño, pero en otros desaprovechó su magnífico talento. Su impronta y calidad, perfectamente lo pudieron llevar a los clubes más grandes de Europa, incluido el mejor Barcelona de este siglo.

Jorge Valdivia debutó en el profesionalismo, el 13 de marzo de 2005, en el confronte de Colo-Colo ante Cobreloa en el Torneo de Apertura (Triunfo albo por 2 a 0). El entrenador Marcelo Espina, mandó a la cancha del Estadio Monumental a Valdivia a los cincuenta y siete minutos, en reemplazo de Mauricio Donoso. En la tienda alba, se consagró campeón del Torneo Apertura 2006, Torneo de Transición 2017, Supercopa de Chile 2017 y 2018 y Copa Chile 2019. En Chile, también jugó por Universidad de Concepción y Unión La Calera.

Su periplo en el extranjero tuvo varias estaciones: Rayo Vallecano de España, Servette de Suiza, Palmeiras de Brasil, Al Ain y Al Wahda de Emiratos Árabes, Monarcas, Mazatlán y Necaxa de México. No obstante, el mediocampista chileno es ídolo en el Palmeiras, club que defendió en dos períodos (2006-2008 y 2010-2015). En el Verdao consiguió cuatro títulos, incluido el de la Serie B que valió un ascenso.

En la “Roja” adulta, el “Mago” jugó setenta y nueve partidos y marcó seis goles. Su desempeñó ante Colombia en Medellín en las Clasificatorias a Sudáfrica 2010, fue fundamental para conseguir el cupo a la cita planetaria. Chile caía por 1 a 0, pero el “Mago” ingresó a los treinta y dos minutos por Matías Fernández y le cambió la cara al partido. Marcó un gol y participó en los tres tantos del triunfo por cuatro a dos. Chile volvía a un Mundial, después de doce años.

Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, lo utilizaron en el centro de la ofensiva y no en la posición que más domina y le acomoda, que es la de habilitador y lanzador. De igual forma, el ex Colo-Colo, igual se las arregló para anotarles a los australianos en la última justa planetaria del balón donde participó nuestra selección.  

En 2015, se consagró campeón de la Copa América, en un torneo donde exhibió una gran condición física y futbolística. El túnel que le hizo al uruguayo Jorge Fucile, fue una de las jugadas más aplaudidas del campeonato.

En una revisión exhaustiva de la carrera de Jorge Valdivia, aparecen episodios de indisciplina y polémicas, que se iniciaron en la Copa América de 2007 con el "Puerto Ordazo" y que continuaron con los episodios del “Tavelli” y el “Bautizazo” rumbo a Brasil 2014. Esto último le produjo un quiebre definitivo con el entrenador Claudio Borghi.

Son memorables sus excéntricas celebraciones y sus entredichos con Johnny Herrera y los árbitros Rubén Selman y Ángelo Hermosilla. Asimismo, su cara a cara con Robinho en la Copa América 2007 y con el maestro Óscar Washington Tabárez cuando le dijo en los cuartos de final de la Copa América 2015: “Profe, reclame, pero con respeto”.

Jugadores como Jorge Valdivia hoy están extinción y quizás como esto le resultó medianamente fácil, no calibró que el fútbol más que un juego, es una profesión. Por algo, Lucas Barrios quiso llevarlo a Gimnasia y Esgrima, cuando el entrenador era Diego Armando Maradona. La “Pantera” dijo: “A Diego le gustaban mucho los jugadores como Valdivia”. ¿Y a usted?

 

martes, 15 de marzo de 2022

¡Ese es el Ferro, muchachos!

 

Mi padre se desempeñó durante veinticinco años como obrero ferroviario en la Maestranza de San Eugenio. Muchas veces lo acompañé a sus labores y pude ver las duras condiciones en que desarrollaba su trabajo: a todo sol en verano y a plena lluvia en invierno. No hay pero que valga, me decía mi viejo, forjado entre rieles, durmientes y el pitar de las locomotoras.

Con ese mismo ímpetu y a muy temprana edad, mi padre me llevó al Estadio de San Eugenio para ver jugar a Ferroviarios. En la galería junto a sus compañeros de la Maestranza, alentábamos al unísono grito del “Efe con e”.

Me acuerdo de que la institución tenía una estructura social y deportiva, porque se ofrecían actividades para toda la familia y en Navidad se hacía una fiesta en el casino que estaba ubicado a un costado de la cancha central y la piscina. Todos los hijos de los ferroviarios, recibíamos un regalito.

Los hinchas más antiguos nos contaban que Ferroviarios se consagró campeón de la división de honor amateur los años 1947, 1948 y 1949 y que así obtuvo el ascenso a la primera división de la Asociación Central de Fútbol.

El último clasificado de primera división de 1949, el Bádminton, se negó a descender aduciendo un acuerdo extraoficial que dictaba que los equipos que habían fundado la primera división en 1933 no perderían la categoría. La Asociación Central de Fútbol acogió el reclamo de Bádminton cancelando el descenso y que Ferroviarios también reclamó su derecho a ascender.

Los dirigentes de Bádminton propusieron una fusión entre ambos clubes bajo el nombre de Ferrobádminton, la cual fue aprobada por la ACF el 23 de febrero de 1950.

La unión entre Ferro y Bádminton lograría campañas aceptables en los campeonatos de la década de los cincuenta y los socios alcanzarían los catorce mil en 1959. Algo impensado para hoy, en tiempos donde las sociedades anónimas consideran que el hincha es simplemente un cliente.

En 1967, el “Tiznado” dejó la Primera División y en 1969 se separó del Bádminton. En 1972 rasguñó el retorno a la división de honor con el gran Leonel, el “Pluto” Contreras y “Fifo” Eyzaguirre y en la banca con Sergio Navarro. Sin embargo, en 1983, vendría el descenso a tercera división y en 1987 a cuarta división. La privatización de Ferrocarriles en la dictadura de Augusto Pinochet, prácticamente sentenció la suerte del club.

En 1991 recuerdo un partido infartante con el Chiprodal de Graneros en el que se hipotecó la posibilidad de subir a tercera. Lo viví, lo sufrí y lo lloré en la galera corroída del “Hugo Arqueros Rodríguez”. Cómo me voy a olvidar de los viajes a Rengo, a Curacaví, a Graneros y a otros tantos lugares donde, además de disfrutar del paisaje, estreché la relación con mi papá. 

El viejo Estadio de San Eugenio hoy es un depósito de vehículos, el grito de gol lo ahogó la vil y depredadora modernidad. En este país la historia se borra, pero igualmente soy hincha del Ferrito y aunque muchos me miren como un bicho raro y otros me pregunten ¿y todavía hay fanáticos del Ferroviarios? Siempre les diré que el paso del tiempo y las vicisitudes de la vida no borrarán jamás los sentimientos y los colores del equipo que uno tanto ama.

El “Ferrito” no es una moda, sino algo que se lleva en la sangre y ponerse la camiseta de los tiznados implica la responsabilidad de llevar en los hombros la historia de los obreros ferroviarios de Chile. Una historia que empezaron a escribir nuestros abuelos y padres con manos fuertes y firmes para levantar el estadio de San Eugenio en 1941.

Al empezar un nuevo campeonato de la Tercera B, les pedimos ese mismo espíritu a nuestros jugadores, porque este club tiene tradición y porque quizás las nuevas generaciones no saben que, en alguna época, también le ganamos a Colo-Colo, la U y la Católica. Sin más preámbulo: ¡Ese es el Ferro, muchachos!

 

martes, 8 de marzo de 2022

Una contienda desigual


 

"En Chile no existe la archirrivalidad. Folclore y alegoría, sí. Competencia, no".

Esta frase la vengo diciendo hace más de quince años y la tengo registrada en mi libro "Pelota en la(s) red(es) sociales". Por lo mismo, el encuentro de este domingo entre Colo-Colo y la Universidad de Chile, me recordó esas peleas por el título del mundo de los ochenta, en que nuestros boxeadores eran noqueados en los primeros rounds.

Cabe consignar que los azules no derrotan a Colo Colo desde el 5 de mayo de 2013 cuando ganaron por 3-2 en el Nacional con agónica anotación de Charles Aránguiz. En el Monumental, en tanto, la U ya supera las dos décadas sin vencer al Cacique: celebró por última vez el 9 de septiembre de 2001 cuando se impusieron por 3-2 con tantos de Rivarola, Arilson y Garrido para los entonces dirigidos por César Vaccia.

Los factores que convergen en el desastroso paso de la “U” por Macul son variados, sin embargo, acá hay una responsabilidad mayor de una dirigencia que está totalmente alejada de los valores del club y que lo tiene hoy como una compra y venta de jugadores. Tampoco se ve un interés en preservar el acervo histórico y patrimonial del club. Para que hablar de los logros internacionales, no les interesa. Solamente les ambiciona llenarse los bolsillos, porque el negocito les deja y harto. Claramente, esto se hace jugando con el sentimiento del hincha. Además, la Casa de Estudios, hace rato que quiere separar aguas, respecto a su vínculo con el nombre del club.

¿Qué han hecho para que las nuevas generaciones de jugadores azules superen la indefensión aprendida en la cancha de Pedrero? ¿Se puede enfrentar a un rival tradicional con jugadores sin experiencia y con un entrenador que se le ocurre experimentar en un partido tan importante?  Pasan y pasan entrenadores azules y el problema no resuelve y si siguen asustándose en esa cancha, el palmarés en contra se podría extender fácilmente por unos cincuenta años. Asimismo, de los últimos cuatro años, en dos los azules se han salvado providencialmente de bajar a la Primera B.

Señoras y señores, a estas alturas hay que sacarle el rótulo de clásico a este partido, porque es uno de los duelos más desiguales del mundo. En la semana, Leonardo Rodriguez dijo: “Yo nunca perdía en el Monumental”, porque claramente los clásicos los ganan los hombres grandes, sino pregúntele a Sergio “Supermán” Vargas, Rogelio, Delgado, Cristián Traverso, Richard Báez, Flavio Maestri, Víctor Hugo Castañeda, Marcelo Díaz o Marcelo Salas. ¿Qué jugadores de esas características tiene hoy la “U” para ganar un clásico? Sí, tiene razón, Ronnie Fernández, pero habría que clonarlo por diez más.

Con este resultado, la tienda de Pedrero -que venía de tres partidos sin sumar de a tres con dos empates y una caída- trepó hasta la cuarta plaza con 8 puntos, a tres de la cima de la competencia. Los estudiantiles, en tanto, se estancaron en el undécimo casillero con 6 unidades, tras firmar tres derrotas consecutivas. En la próxima jornada los laicos intentarán levantar cabeza cuando reciban a Unión Española.