miércoles, 22 de noviembre de 2017

Un Mundial a la peruana




Me gusta la rivalidad con los peruanos, porque ha sido la historia del para ti y para mí en la pelea por un cupo mundialista. En las Eliminatorias al Mundial de Alemania '74, tras el retiro de Venezuela, se definió el “grupo” en un tercer partido. En la ida, el 29 de abril de 1973, Perú se impuso por dos a cero con tantos anotados por Hugo Sotil. La vuelta se jugó el 13 de mayo en Santiago, con triunfo para la “Roja” por dos a cero con goles anotados por Sergio Ahumada y Julio Crisosto. El partido de definición se jugó el 5 de agosto de 1973 en el Estadio Centenario de Uruguay: Chile ganó por 2 a 1 con goles de Francisco “Chamaco” Valdés y Rogelio Farías. Con este resultado Chile clasificó para jugar el repechaje contra la URSS (Unión Soviética). En Moscú fue 0 a 0 y en Santiago no se presentó el equipo europeo.
En el camino a Argentina '78, empatamos 1 a 1 en Santiago (anotaron Sergio Ahumada y Juan José Muñante) y perdimos 2 a 0 en Lima con goles de Hugo Sotil y Juan Carlos Oblitas. Así quedamos con los crespos hechos para ir a la sede de Mendoza, en el grupo que también conformaba Ecuador.
Cómo olvidar el papelón del arquero Eusebio Acasuzo en el Nacional rumbo a México' 86 en la goleada 4 a 2 y la soberbia tapada de Roberto “Cóndor” Rojas en Lima en el triunfo de los nacionales por 1 a 0. Ninguno de los dos elencos clasificaría a dicha cita planetaria, pero tuvieron que pasar catorce años para que la “Roja” volviera a ganar en la capital peruana.
Para el Mundial de Francia' 98, clasificamos por la diferencia de gol que marcó la dupla Za-Sa, y ahora, para el Mundial de Rusia 2018, les ganamos 4 a 3 en la ida de visita y 2 a 1 en la vuelta de local, pero trágicamente nos quedamos afuera por los puntos del TAG que recibió Perú y por la falta de definición en el arco contrario.
Los peruanos celebraron merecidamente su clasificación y cantaron el que no salta es chileno,  pero no hay ningún problema, porque eso es parte del folclore del fútbol y las archirrivalidades existen en todas las latitudes del orbe. 
En 1982, mi padre me regaló el fixture de las vitaminas Vitac del Mundial y ese es mi recuerdo de la última vez que vi la bandera peruana entre los países mundialistas. En dicho torneo, fuimos a puro pasear y nuestros vecinos fueron últimos de su grupo con empates ante Italia y Camerún y derrota ante Polonia. Más allá de los nacionalismos pasados a naftalina, será lindo verles cantar su himno después de 36 años, y culturalmente con tanta cercanía, de repente por qué no celebrar un gol peruano con alegría y emoción. Por mi parte, esperaré los partidos frente a la tele con un buen cevichito, un pisco sour y las canciones de Lucho Barrios.

jueves, 12 de octubre de 2017

Chao, Macanudo, que te vaya bien



Qué difícil es escribir cuando el sentimiento supera a la razón. Nada es para siempre, y aunque sabíamos que este momento tenía que llegar, no pensábamos que iba a ser tan pronto. Juan Antonio Pizzi tuvo pasajes buenos en su proceso, pero sólo fue eso. Acuérdese de que en la Copa América Centenario los jugadores desobedecieron sus órdenes y le ganaron 7 a 0 a México. De ahí para adelante hubo méritos, pero fueron completamente de las individuales del equipo. 
Siempre dije que eras un tipo decente, Macanudo, pero con un liderazgo blandengue y una evidente falta de sapiencia futbolística. Hiciste unas Clasificatorias tremendamente irregulares, siempre una mala y una buena, pero con Paraguay en casa y con Bolivia de visitase hipotecó todo esto. El empate en blanco  con Bolivia en Santiago, entregó dos puntos y tres goles por resolución del  TAS, que  mantuvieron la ilusión hasta que Perú llegó hasta el Repechaje y se sirvió de los puntos otorgados por este organismo.
¿Ibas a jugarte la opción ante el poderoso Brasil? Permíteme decirte, Macanudo, que no diste la talla para clasificar a este brillante equipo a su tercer Mundial consecutivo. Eres simpático y bonachón, pero eso no es suficiente para guiar a nuestros mejores futbolistas de la historia. ¿Cuál fue tu planificación para llegar a Rusia 2018? ¿Salvarte partido a partido? ¿Cuál fue tu legado en un año y ocho meses? Contéstame, no te quedes callado. ¿Por qué me quitaste la alegría en el mes de octubre? ¿Por qué tuvimos que ser nosotros los eliminados?
Esto para ti es una pega más, pero para muchos es la vida entera. Lloré el '87 cuando perdimos la Copa América ante Uruguay; tenía diez años y hoy lo vuelvo a hacer con cuarenta. Sí, estoy más viejo, pero siento de la misma forma, Macanudo. ¿Me entiendes? 
Esto es un fracaso y no le pongas adorno ni aderezos. Asúmelo y ándate con el agradecimiento de la Copa América Centenario que nos brindaste el año pasado. Reconoce que aflojaste en el último tramo eliminatorio y que no tuviste respuestas tácticas cuando los jugadores se vieron agotados y sin ideas. 
A lo mejor hay que agradecerte, porque tomaste el fierro caliente que te pasó la ANFP, pero ahora no lo quiero hacer. Ahora tengo pena y no tengo ánimo de nada. Alguna vez esperé dieciséis años para ver a Chile en un Mundial. ¿Cuánto tendré que esperar para ver a mi "Roja" en el próximo? Adiós, Macanudo. Para ti esto es una pega más, pero para muchos de nosotros es la vida entera. Chao, Macanudo, que te vaya bien.

lunes, 11 de septiembre de 2017

A empezar de nuevo



El 5 de febrero de 2016, Juan Antonio Pizzi tomó el fierro caliente que le entregó la ANFP y en algo más de un mes le tuvo que hacer frente a los partidos ante Argentina y Venezuela por las Clasificatorias al Mundial de Rusia 2018. Allí salvó ileso con una derrota como local ante los albicelestes y un triunfo de visita ante la vinotinto. En mayo de ese año el combinado criollo, enfrentó a Jamaica en Viña del Mar, en un partido preparatorio para la Copa América Centenario, donde la "Roja" cayó sorpresivamente por 2 a 1. Luego vino otro amistoso en Estados Unidos frente a México y también se cayó por un resultado de 1 a 0. 
En la cita de Norteamérica las cosas no mejoraron, y en el debut hubo derrota ante Argentina por 2 a 1. Los partidos siguientes de la primera fase fueron triunfos ante Bolivia y Panamá, pero sin exhibir un juego sólido y con rendimientos individuales extremadamente bajos. En la siguiente ronda algo pasó, porque los jugadores criollos salieron con otra actitud a la cancha y vapulearon a México por 7 a 0.  Se dice que los nacionales acá desobedecieron las órdenes tácticas del estratego rosarino y jugaron por su cuenta y a la usanza del esquema del anterior adiestrador. En semifinales se les ganó con superioridad a los colombianos y a los argentinos se les volvió a hacer la gracia desde los lanzamientos penales para alzar el título. De vuelta en las Clasificatorias, un ascensor con la derrota frente a Paraguay en Asunción, empate con Bolivia en Santiago, derrota con Ecuador en Quito, triunfo sobre Perú en Santiago, empate en Barranquilla con Colombia, derrota ante Argentina en Buenos Aires, triunfo sobre Uruguay en Santiago, y esta pasada y estrepitosa doble fecha con dos derrotas en línea frente a Paraguay y Bolivia. En la Copa Confederacione,s un meritorio vicecampeonato, con tan sólo un triunfo en toda la campaña y sin anotar en semifinales ante Portugal y Alemania en la final. Premonitorio y preocupante. 
Pizzi, en un año y medio en el cargo, ha pasado de una buena a una mala, como los alumnos que llegan a puros cuatros a final de año y en los exámenes finales rematan con un dos. El coach argentino está reprobando, porque soltó el timón en la recta final y donde no había que hacerlo. 
Muchos lo quisieran en las redes sociales, pero este no es el ocaso de la generación dorada, porque no se les puede haber olvidado ganar y meter goles en tan poco tiempo. Pero si no se es capaz de ganarles en las dos ruedas a  Bolivia y  Paraguay, en el papel rivales inferiores, difícilmente se podrá aspirar a algo grande en una cita mundialista. Estos muchachos, nuevamente enfrentados al destino, a ese al que ya le doblaron la mano afuera de la cancha. El escritor uruguayo Mario Benedetti dice en su poema “No te rindas” que siempre hay que desplegar las alas, empezar de cero e intentar de nuevo. Chile deja atrás este mal momento y ante Ecuador y Brasil empieza de nuevo.

viernes, 1 de septiembre de 2017

El que ríe último, ríe mejor...



Hace rato que no se veía un Chile tan deslucido y tan largo en la cancha. Los paraguayos nunca fueron una maravilla a ras de pasto y tampoco lo iban a ser en el Estadio Monumental. No era misterio que los guaraníes se venían a arropar con diez y medio casi once, que iban enredar el partido y que iban a salir de contragolpe.
En ese contexto, Juan Antonio Pizzi no hizo una lectura correcta del encuentro y no acertó con un croquis que incluía desde el inicio a Nicolás Castillo. El ex delantero de la Universidad Católica fue un fantasma en Macul y chocó siempre con la muralla albirroja, una fórmula de ataque que tampoco encontró a sus mejores exponentes en Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
El tocopillano estuvo muy irascible y no fue el acostumbrado agente de peligro de la escuadra nacional. La fallida contratación del Manchester City hizo mella en el ánimo del delantero y eso nunca lo pudo disimular mientras estuvo en el gramado.
La “Roja” se mostró sin ideas, sin sorpresa y sin los recursos para destrabar un partido que siempre fue cerrado. Las embestidas fueron débiles y los arietes criollos siempre chocaron con el bosque de piernas paraguayas. En los últimos tres partidos, ante Portugal, Alemania y Paraguay, no se ha marcado gol alguno y eso evidentemente tiene repercusiones. 
¿Por qué la segunda mejor selección de las federaciones del mundo no tiene tiro de distancia o cabezazo? ¿Por qué se buscó penetrar de una sola forma al área contraria si sabe que hacer lo mismo tiene resultados predecibles? ¿Qué pasa si Bolivia y Ecuador nos plantean partidos de las mismas características?
Las Clasificatorias de Pizzi han sido bien malitas y no debe parar solamente nombres en la cancha, sino también poseer una alta sapiencia táctica para resolver todo tipo de puzzles y acertijos que los rivales le plantean. El empate ante Colombia en Santiago y la doble derrota ante Paraguay en la ida y en la vuelta asoman como los puntos más decisivos que se dejaron escapar en el proceso.
Arturo Vidal es más dado a equivocarse afuera de la cancha que adentro, pero ese día llegó. En el partido anterior le tocó a Marcelo Díaz y en los próximos seguramente le tocará a otro. Estos mismos jugadores le brindaron dos Copas América y una final de Copa Confederaciones a Chile y también se equivocan.  De todas maneras, el merecido aplauso estará esperando a estos muchachos en la hora del ocaso. Mi humilde opinión es que Chile va al Mundial, pero quizás tendrá que timbrar el pasaporte en el repechaje. En un minitorneo donde nadie sabe para quién trabaja, y el que ríe último, ríe mejor...

viernes, 25 de agosto de 2017

A romper el hechizo



El superclásico del fútbol chileno es la madre de todas las “pichangas”, el partido más esperado del año, el frente a frente de blancos y azules, donde los deseos de ganar el pleito superan a todas las estadísticas.
Me acuerdo que la primera vez que fui a ver este partido, fue cuando se implementó el tiro libre sin barrera en los noventa. Una época romántica, donde los partidos se jugaban al atardecer y sin operativo policial. También estuve el 28 de abril de 2007 en el Estadio Nacional, para ver desde la tribuna Andes el pálido 0 a 0 que tuvo como ingrediente las aniñadas incluidas de Arturo Vidal y Mauricio Pinilla.
Otros memorables episodios de este duelo se escribieron el 12 de julio de 1992, cuando Gino Cofré batió dos veces a Daniel Morón y cuando Sergio Vargas le tapó el lanzamiento penal y posterior rabona a Claudio Borghi.
El 10 de enero 1993, por la liguilla, Hugo Rubio conectó un centro preciso de Lizardo Garrido y dejó sin Copa Libertadores a los universitarios.
La irrupción del “Matador” fue precisamente ante Colo- Colo por Copa Chile en 1994, donde anotó tres tantos y se le bautizó con el famoso tema de Los Fabulosos Cadillacs.
Recordada es también la tarde soleada del segundo domingo del mes de mayo de 1995, cuando de la mano de Marcelo Espina los albos propinaron un rotundo 3-0 en el Estadio Monumental. O también cuando el propio Espina, para semifinales del Apertura 1996, le marcó de tiro libre al portero Aníbal Pinto y celebró con el banderín.
Protagonista de clásicos también fue el mendocino Diego Rivarola, acostumbrado a convertirle a Colo-Colo. El 30 de abril de 2011, “Gokú” les marcó a los albos a los ’89 y le daba un triunfo épico a los azules en el inicio de la exitosa era de Jorge Sampaoli. El último triunfo de la “U” en el Estadio Monumental, fue el 9 de septiembre de 2001 y esa victoria también se recuerda por la encaramada celebración de Rivarola con la mítica polera de la serie animada japonesa Dragon Ball.
A su vez, Francisco Huaiquipán tuvo su minuto de fama al convertirse en “figura” en un partido de estas características el 11 de mayo de 2002.
Otro hito imborrable es la dramática final del Apertura 2006, con penales incluidos, y la leyenda de un Claudio Bravo que se comenzaba a escribir.
El caso de Esteban Paredes es notable, porque nadie le ha anotado más goles a Johnny Herrera que el delantero albo. Le ha convertido siete tantos con la camiseta del Cacique, tres con la de Santiago Morning y uno con la de la Universidad de Concepción.
Colo-Colo llega herido tras la última derrota ante la Universidad de Concepción, pero en los últimos dieciséis años ha sido un hueso duro de roer para  la Universidad de Chile en Macul. Los de Hoyos llegan algo más aceitados, con un renovado David Pizarro y con las ganas de ponerle fin a la “maldición de Pedrero”. Quién sabe si el mago rompe el hizo.