viernes, 2 de diciembre de 2011

Luis Alberto Cerda: “Un animal del ring”


Treinta grados no daban tregua y el profesor de Educación Física menos. En la cancha del Liceo de Aplicación, ordenaba diez vueltas completas y había que aguantárselas.
Al concluir la prueba de resistencia, preguntaba al alumno más aventajado por su deporte favorito. ¡Boxeo!, exclamaba el espigado muchacho. ¡Tai pintao pal Club México, cabrito!, auguraba el maestro.
Luis Alberto Cerda, a sus 13 años, ya sabía de golpes bajos y de caídas a la lona. “Cuando tenía 10 años, mi padre fue atropellado en el paradero 9 de Pajaritos, cuando venía camino a casa desde el trabajo”, dice ahora a los 21 años, con el rostro marcado por las peleas y con el corazón cicatrizado.  
En el México lo despabilaría a punta de coscachos el extinto coach Luis Díaz. A poco de andar, su sed de éxito y unas cuantas pizzas le ganaron el apelativo de “El Animal”. “En realidad soy el animal de la mesa, de la comida… Fue en un Campeonato Nacional Juvenil en el 2009, donde me coroné como Campeón de Chile con 4 peleas ganadas en una semana y con 3 de ellas ganadas por K.O”.
Una treintena de refriegas en el amateurismo nunca lo convencieron. “Siempre tuve la aspiración de ser un profesional, porque es un boxeo más atractivo, más fuerte y atrae más público. El choque, los golpes, la puntuación, los guantes más chicos, todo eso le da su toque al show. En Chile no es una opción dedicarse al boxeo amateur, porque no hay apoyo. Acá uno pelea con puros chilenos, o con suerte con algún argentino de segunda mano, a diferencia de Europa, donde el boxeo amateur sí resulta, porque pelean entre todos, lo que los hace más competitivos”.
En 2010, el ex púgil Joel Mayo quedó perplejo con la exuberancia del muchacho sobre el ring y al poco tiempo lo becó por un semestre en el viejo continente. En tierras ajenas se enfrentaría a la vida y también a una escuela técnica que marcaría su estilo para pelear. “Muchos dicen que el boxeo embrutece o es un deporte para tontos. Pero como boxeador soy mucho más inteligente que cuando no lo practicaba. Gracias a la disciplina, conocí otras latitudes y aprendí a hablar otros idiomas”.    
Tras su periplo por Europa, su cacería en el profesionalismo la inició el 4 de marzo de 2011 con un K.O. Su rival, Humberto Troncoso, no pasó del primer round. “Metí las manos precisas”, recuerda Cerda.
Su última embestida fue el 25 de noviembre de este año y su víctima, el trasandino Orlando Marcelo Colque. “Entre los boxeadores somos siempre respetuosos, al menos yo lo soy tanto arriba como abajo del ring, claro que eso no quita que yo salga a cortarle la cabeza a mi rival si puedo, porque es mi trabajo, soy yo o él, es mi carrera la que está en juego”.
Suma cinco escaramuzas en el campo de los expertos, todas resueltas por la vía del cloroformo y en  cada golpe refleja su admiración intrínseca por Manny Pacquiao es de lo más grande que tiene el boxeo en este momento, Floyd Mayweather da mucho espectáculo y es muy inteligente. Arturo Gatti era muy valiente, o el mismo Juan Manuel Márquez.
Cerda es hijo de la comuna de Maipú, pero hasta ahora un hijo no reconocido. “En la Municipalidad de Maipú no tienen idea de que existo o quizás no saben que soy de la comuna. Me gustaría que la municipalidad me pudiera apoyar. Ojalá hicieran lo mismo que la Municipalidad de Iquique, que tiene una beca llamada “Estanislao Loayza” para apoyar a sus deportistas de alto rendimiento”.
El Animal  sobrevive a las pellejerías de la actividad con los 5 mil pesos de las clases que imparte en el Club México. Algo cae según la bolsa, conforme los rounds que se disputen en las veladas organizadas por la entidad azteca. Ser deportista en Chile es un arréglatelas como puedas. “En lo que va de mi carrera no he tenido auspiciadores; es muy raro que se fijen en un boxeador para darle apoyo. Un aporte monetario o de implementos es muy importante en la carrera de un deportista. Por el momento vivo de lo que me da el Club”.
Cerda sólo se muestra agradecido con el Club México y su director Luis Valenzuela: “Él es muy importante para lo que se está logrando en el boxeo. Su arduo trabajo, su dedicación y pasión por la disciplina han dado frutos y han levantado la actividad. Gracias a él hay boxeo en Chile; gracias a él yo estoy presente en el boxeo chileno”. 
Las miserias de la actividad no amilanan al maipucino. No hay día que no recorra los catorce kilómetros de la ciclorruta que atraviesa la Avenida Pajaritos, la misma arteria donde cayó su viejo y donde se persigna cada vez que pasa por el paradero 9. “Antes de cada velada me conecto con mi papá. Le pido por mi integridad, por mis compañeros y por mi sueño de ser algún día Campeón del Mundo”.

viernes, 21 de octubre de 2011

El cielo está cada vez más azul

Reconozcamos que el único que se creía el cuento a su llegada a la Universidad de Chile era el mismísimo Jorge Sampaoli y en parte la directiva de Azul Azul, que tras la partida de Gerardo Pelusso y el touch and go con Diego Simeone se decidía por el santafesino.
Es que hay que tener hartas patas para llegar a un club grande, golpear la mesa y darse el lujo de prescindir de un par de intocables de la plantilla como lo eran Olarra e Iturra. Asimismo, el trasandino se puso de mochila a la hinchada cuando esta le pedía a gritos en la titularidad a uno de sus vástagos más regalones: Diego Rivarola.
Para hacer tortas hay que romper huevos, y Sampaoli confió en sí mismo cuando ni siquiera los suyos lo hacían, cuando despectivamente lo apodaban el “Bielsa de los pobres”  y cuando los mediocres estigmatizan como “viuda” a todo lo que se parezca al ex entrenador de la selección chilena.
El 12 de junio, Sampaoli coronó campeón a la Universidad de Chile. Se impuso a Universidad Católica por 4-1 -levantó una derrota de dos tantos en el partido de ida- y obtuvo su primer título como entrenador. Con eso bastó para callar cualquier crítica. Recordará usted que los cruzados tuvieron que guardar el cotillón para otra fiesta.
Más allá del color de su camiseta, dígame si no le da gusto cuando a los chilenos les va bien en el deporte; dígame si no le dio gusto ver a los universitarios dándole un baile al equipo más popular de Brasil; dígame si no nos resarcimos del dientudo Ronaldinho y de todas las veces que celebró a costillas nuestras. Pelotas que antes se iban afuera caen envueltas en la red. Eduardo Vargas vestido de frac, se desenvuelve efectivo y mortífero como felino. El equipo chileno corre los noventa minutos y termina asfixiando al rival, implacable. El cuadro chico agrandado ante el poderoso, así da gusto ver el fútbol.
Los estudiantiles brindaron una de las mejores exhibiciones futbolísticas de un combinado nacional jamás vista en tierras foráneas y el cielo al parecer es cada vez más azul en la temporada  2011.

jueves, 20 de octubre de 2011

Crónica de una noche alba


Dígame si no ha sido apocalíptico el 2011 para Colo-Colo. Una temporada que partió con el pie izquierdo tras la insólita ratificación de Diego Cagna en la banca del cacique, y que prosiguió con el éxodo de algunos jugadores referenciales de la institución: Arturo Sanhueza, Rodrigo Meléndez y Miguel Riffo.
Recordemos que el cariacontecido técnico trasandino inauguró el 12 de febrero la temporada de boletas  -y tocó fondo- con el 1 a 5 propinado por la Universidad de Concepción en el Estadio Monumental. Al ex boquense se le recordará por abrir el saco de goles y también por las siguientes frases: “me gustaría jugar como Barcelona”, “a esa hora yo duermo la siesta” y “no me preocupa lo que piense el hincha”.
Diez días después de esa afrenta se sentaba en la banca de Pedrero, un Américo Rubén Gallego poseedor de una gran trayectoria y también de un gran verso. El ex técnico de Independiente de Avellaneda apeló en su mandato a situaciones extra deportivas y sus alineaciones escasamente deleitaron el paladar del hincha. Humillantes por decir los menos, fueron las eliminaciones por Copa Libertadores frente a Cerro Porteño por  2 a 3 de local, por el Apertura ante la UC en Cuartos de Final de Play Off y en Copa Chile frente a Lota Schwager. Agréguele la estocada que le clavó Diego Rivarola en el minuto 90 del último súperclásico.
Era agosto y el contrato de Gallego era rescindido por los administradores del club popular. El “Tolo”, que pregonaba su viveza a los cuatros vientos, se iba de Macul sin ningún logro deportivo y con una indemnización que superaba los $120 millones. ¡Hay que ser vivito!
Aunque Lucho Pérez hizo bien su pega como interino, de igual forma el día 30 de agosto fue presentado en sociedad a Ivo Basay como el nuevo entrenador del equipo. Punto aparte es el morrocotudo entuerto -con O’Higgins- que recién lo habilitó para dirigir el día 25 de septiembre frente a Cobreloa. La era de Basay arrancaba con un triunfo en Calama; sin embargo un nuevo frente de mal tiempo y una lluvia de goles azotaba a los albos: La Serena (4-0) y la última frente a la Universidad Católica (4-0), que deja al descubierto las malas decisiones y la mínima erudición futbolística de los concesionarios del club popular. Los mismos que tienen la responsabilidad de devolverles el honor y la vergüenza deportiva a aquellos que se gastan lo que no tiene para ir al estadio, a los que sufren verdaderamente con las derrotas y a los que según parece aman la camiseta de verdad…

lunes, 29 de agosto de 2011

Boxeo femenino chileno: “Benditas sean entre todos los puñetes”


En épocas de movimientos sociales, podríamos decir que las mujeres se “tomaron” el deporte chileno en lo que va de esta temporada. Es así como la tiradora con arco Denisse Van Lamoen y la triatleta Bárbara Riveros han elevado el emblema patrio a lo más alto con los títulos mundiales obtenidos en sus respectivas disciplinas. En tanto, Francisca Crovetto (Tiro Skeet), Kristel Köbrich (Natación), Erika Olivera (Maratón), Natalia Duco (Lanzamiento Bala) y Karen Gallardo (Lanzamiento del Disco) ya se matricularon para los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.
Asimismo, el boxeo femenino, busca abrirse paso en la sociedad para terminar con los estigmas y prejuicios sexistas, y por sobre todo, alertar a las autoridades sobre las precarias condiciones en que se encuentra la disciplina en Chile. Convengamos en que la actividad femenina actualmente respira gracias a la misericordia de algunos visionarios que se meten la mano al bolsillo. Este es el caso del ex campeón mundial de kickboxing y reconocido coach de boxeo Claudio Pardo, quien este 20 de agosto pasado reunió en el Club México a un ramillete de pugilistas en torno a la velada “Bellas y Furiosas”.
Una exhibición de cinco combates preliminares amateurs -dos de ellos frente a contrincantes  argentinas- y un combate profesional de fondo que anunciaba al único crédito nacional en la categoría, Carolina “Crespa” Rodríguez, frente a la también trasandina María Cecilia Román.
Recordemos que la “Crespa” es campeona nacional, panamericana y sudamericana de kickboxing y debutó en el profesionalismo el 30 de abril de 2010 -en este mismo reducto- con un triunfo por los puntos ante la rioplatense Natalia Burga, hito consignado en los libros como el primer combate profesional del boxeo femenino en Chile.
La justa en cuestión se pactó para las 20:30 horas y convocó a trescientos valientes, a los cuales no les importaron las bajas temperaturas para acompañar a las gladiadoras nacionales. Tras media hora de retraso, un destartalado maestro de ceremonia salió a calmar las pifias con una puesta en escena al más puro estilo norteamericano: pantalla gigante, luces de colores, humo y música electrónica que poco a poco elevó la temperatura del lugar. ¡Señoras y señores, comienza la fiesta del boxeo! Exclamó entre las ensordecedoras pifias.
Con las trasandinas y las nacionales -con caras de pocas amigas- sobre el cuadrilátero, se inició la ceremonia de interpretación de himnos patrios. “O el asilo contra la opresión” estalló el Club México como un solo coro con el himno de Chile.
La ronda de combates preliminares a 3 rounds comenzó con el festival de gualetazos  que se adjudicó Ángela Rubilar, del Team Galaz de Santiago, sobre Rosa Flores, de Ovalle, en la categoría 60 kilos. El segundo preliminar se lo llevó con holgura Jessica Villarroel, del Club Valdivia, de la misma ciudad ante la estilizada Yareth Castillo, del Team Bushido de Santiago, en la categoría 48 kilos. El tercer preliminar fue una lucha titánica con triunfo para Johanna Barrera, del Team Pardo de Santiago, ante Paloma Madariaga de Ovalle en la categoría 64 kilos. El cuarto preliminar internacional fue levemente aventajado por la argentina Luz Guzmán, sin embargo los jueces vieron ganadora a la promisoria Vanira Monasterio, del Team Pardo de Santiago, en la categoría 56 kilos y en el combate de semifondo, Ana Quiñones del Team Pardo de Santiago, no pudo ante la contundencia de la trasandina Leonela Yudica en la categoría 48 kilos. Todos los combates se fallaron en las tarjetas.
A las 22:45 horas se cerraba la serie de combates amateurs con la efervescencia a tope. El desgarbado locutor anunciaba el combate estelar, pero antes mandaba a una pausa de quince minutos.
Fue así como el piso comenzó a vibrar a las 23:00 horas. No era un temblor, era el regreso de Carolina al mítico recinto de la avenida San Pablo. Fueron catorce meses de espera e innumerables excusas dirigenciales para esta nueva oportunidad. En sus manos la responsabilidad de representar al género y a tantas  jóvenes que se ilusionan con incursionar en el deporte como una herramienta de inserción social.

“Hay hartos momentos difíciles. A veces quiero abandonar todo porque siento que no voy para ningún lado, que no tengo ningún apoyo y que se hacen demasiado complicadas las cosas. Pero ahí pienso que esto es lo que me gusta, sé que lo puedo hacer bien y aquí está mi futuro”.

Comienza la pelea y a la criolla se le ve ágil y muy técnica, aunque a ratos acusa su falta de experiencia en peleas de boxeo. El combate no es fácil y los expertos comentan que su imbatibilidad en el kickboxing no le asegurará triunfos en el deporte de los puños ¡Fin del primer round! En la segunda ronda la multicampeona chilena gana confianza en el cuadrilátero y definitivamente se suelta de los nervios iniciales; a tal punto que conecta una impecable serie de golpes que acusan recibo en el rostro de la argentina.
¡Crespa! ¡Crespa! ¡Crespa! tronaba el gimnasio azteca enardecido, mientras que en el tercero ya intercambiaba algunos palos con la representante de allende los Andes. En el cuarto round su entrenador  la instruía con algunas señas y con uno que otro consejito: “Maneje la pelea, usted sabe ¡no le crea!”.
Y así no más fue, llegamos al último round sin grandes sobresaltos. Sonó la campana y el rostro de la única boxeadora profesional chilena que no se la podía de satisfecha. Sin embargo no todo estaba dicho y  faltaba por escuchar el veredicto de los jueces: Vladimir Herve 60-56, Hernán Moreno 60-55 y Hernán Pacheco 60-55. Triunfo inapelable para Carolina Rodríguez de Chile se escuchó por los parlantes del recinto.
Los flashes de las cámaras se fueron encima de la ganadora y los micrófonos se peleaban por sus palabras: “Voy a ser campeona del mundo. He imaginado hartas veces ese momento. Hay que esperar que llegue el día, no más, porque va a ser, va a ser así”.
¡Dios la escuche y bendita sea entre todos los puñetes!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Club México, donde respira el boxeo chileno


No es misterio que el boxeo chileno se encuentra con respirador artificial desde hace mucho tiempo, sin embargo el Club México es actualmente el oxígeno de la actividad en nuestro país. Las puertas del gimnasio ubicado en la popular intersección de las avenidas San Pablo con Manuel Rodríguez se abren mensualmente para recibir al millar de aficionados que se dan cita en sus  espectaculares veladas pugilísticas.
Allí converge el obrero luego de su extenuante jornada laboral, el estudiante que hace un alto en las movilizaciones, el jubilado que le pellizca una cola a la mísera pensión y también la dueña de casa que acompaña al hijo boxeador en su sueño por ganarle un round a la vida.
Este viernes 29 de julio pasado, se anunció en “la última pelea de la noche” el retorno del crédito del boxeo chileno Óscar “La Máquina” Bravo tras su malograda expedición en Ghana frente a Emmanuel Tagoe por el Título Intercontinental Súper Pluma de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). ¿El rival? Moisés Gutiérrez,  retirado del cuadrilátero hace cuatro años y apodado "El Matador". 
Como aperitivo, cuatro combates amateurs con noveles púgiles que enfervorizaron al respetable y entibiaron la jornada con su ímpetu y a ratos con su rústica técnica. Destacaron los siguientes triunfos: Elías Rovira del Club México sobre Jorge Andrade, de San Fernando, en la categoría 60 kgs. (Referee suspende combate en segundo round); Ángelo Andrade, de San Miguel, por los puntos sobre  Bastián Monsalve del Club México, en la categoría 75 kgs., y Matías Jiménez, de San Fernando, sobre Daniel Huincahue, del Club México, por los puntos en la categoría 64 kgs.
El empate entre los “titanes” Dalton Pardo, del Team Pardo de Santiago. y Raúl Alarcón, de Coyhaique, en la categoría 91 kgs, resultó una lucha pintoresca y sin tregua, que terminó contagiando a la galería con el empeño de los contendores y con las bravuconadas que se dedicaban sus esquinas técnicas.
Así el festival de puñetes cerraba la serie de combates amateurs y hacía un intermedio, momento que algunos aprovecharon para partir raudos a las casitas y otros para tomarse un café o servirse uno o varios sándwiches en el sector norte del gimnasio.  
La quinta pelea recibió en profesionales al debutante Francisco Rogel, de Osorno, y a Johan “Pitbull” Carter, de Santiago, en la categoría 52 kgs.
Así se reiniciaba la segunda parte de la velada y los fanáticos ni siquiera retomaban posiciones cuando Carter recibía un preciso cross de izquierda que lo mandaba a la lona por la vía del sueño. En las siguientes rondas de la pelea, el santiaguino apeló a la bravura de su raza, a su amor propio y a su despliegue físico, pero esto no le bastó para doblegar al sureño corajudo y bueno para mandar saludos por la tele. Convengamos que ambos contrincantes brindaron uno de los puntos altos de la jornada.
A eso de las 23:30 el recinto se colmó de silbidos, no fue precisamente por un mal cobro arbitral, sino que por los encantos de una morena de campeonato que adelantaba el combate más esperado de la noche. Con la clásica música de Rocky y con un look al más puro estilo reggaeton, mezcla de Daddy Yankee con “Celia Punk” -con la camiseta del Bayer Leverkusen incluida-  hacía ingreso al ring después de 1.460 días el “Matador” Gutiérrez. Unos segundos más tarde y con el estruendo popular que casi echaba abajo el coliseo azteca se presentaba ante los suyos  Óscar “La Máquina” Bravo.
No hubo round de estudio y parecía que estos púgiles tenían una deuda pendiente, porque se repartieron una lluvia de palos a lo largo de todo el combate. No obstante la balanza se desequilibró a favor de Bravo en virtud de su variado repertorio técnico y a la estrategia que utiliza para acomodarse al rival de turno. Aún así, se le echa de menos una pegada noqueadora.
Gutiérrez en tanto se mostró como un contrincante oficioso y experimentado gracias a su excelente esquive, su buen juego de piernas y una no despreciable cintura. Fin de la pelea y ambos púgiles se sienten ganadores: los vítores, los gritos y los aplausos no se  hicieron esperar. Los jueces Hernán Moreno y Ricardo Smith votaron a favor de Bravo por 58-57 y 58-56, respectivamente; en tanto que Hernán Pacheco vio ganar a Gutiérrez por 59-57. Bravo levanta los brazos, se abraza con su coach y en lo inmediato evaluará una propuesta para radicarse en la tierra del Tío Sam y continuar su carrera profesional.
La parcialidad se retira victoriosa, el locuaz presentador despide la velada y las luces de las cámaras se comienzan a apagar, no obstante me voy con la tranquilidad de que el boxeo respira en el Club México…

jueves, 21 de julio de 2011

Chile eliminado de la Copa América 2011: “Sin tiempo para los lamentos”


 
En la presente versión de la Copa América, los humildes se emanciparon y se permitieron levantarle la voz a los poderosos del continente. Mezclados en ese cambalache, Argentina y Brasil se fueron para la casa. Chile, con el camino algo despejado, comenzaba a calzarse el traje de favorito -ese que nunca le ha quedado a la medida-, pero inexplicablemente se mareó y se pegó un tremendo costalazo con una de vinotinto.
¿Qué pasó? Los yerros defensivos con responsabilidades directas, la falta de concreción de quienes eran los llamados a marcar la diferencia en el área y la dependencia de las individualidades conspiraron para una eliminación sorpresiva e  inesperada.
Las bajas temperaturas mendocinas al parecer congelaron los primeros tiempos de la selección y la reacción ofensiva se hacía esperar hasta que los rivales le propinaban el primer combo. El vértigo y la agresividad se mutaron por un juego algo más hilvanado y por la “tenencia del balón” que a ratos trajo de vuelta el toque insulso y el fútbol lateralizado que se había extirpado en el proceso anterior. Borghi tiene la responsabilidad y la obligación de recuperar la dinámica extraviada en largos pasajes de la competencia.
La palabra fracaso se pasea cuando no se consiguen los objetivos. La eliminación en cuartos de final fue un duro traspié y una frustración mayor cuando se ve a un Paraguay instalado en la final sin haber ganado un solo encuentro. No obstante esta sigue siendo una generación joven y altamente cotizada en el mercado internacional, si no que lo digan Arturo Vidal y Alexis Sánchez, flamantes contrataciones de la Juventus de Italia y del Barcelona de España, respectivamente.
Sudamérica se mostró los dientes en esta Copa y se declaró la guerra de cara a las próximas clasificatorias. Esto hace imperioso algunos ajustes tácticos que requieren del rol protagónico de algunos jugadores que vienen pidiendo cancha:   Jhonny Herrera, Felipe Gutiérrez, Francisco Silva, Eduardo Vargas, Diego Rubio, Carlos Muñoz, Mauricio Pinilla, y si nos faltan goles, ¿por qué no Gustavo Canales? Chile debuta el 8 de octubre frente a Argentina en Buenos Aires y no hay mucho tiempo para lamentarse…

jueves, 14 de julio de 2011

Chile en Cuartos de Final de la Copa América: “Más cerca del cielo”



En la presente versión de la Copa América, los favoritos históricos han tenido que bregar indisolublemente contra aquellos combinados que antaño recibían el estigma de  “benjamines” o “cenicientas” del continente. Chile con más pundonor que fútbol fue levantado su candidatura al título y se consolidó como líder absoluto del grupo C.
¿Dígame si no fueron vitales los tres puntos rescatados ante la selección B ó C de México o la reacción ante los charrúas? ¿Y qué me dice del autogol peruano? ¡Qué importa cómo fue el gol! ¿Cuántas veces no hemos visto ganar a los argentinos y a los uruguayos de la misma forma? Las cosas vienen cambiando desde hace un buen rato y nuestro fútbol ha subido su estatus en la región.
Electrizante se tornó la lucha fratricida del grupo B entre paraguayos, venezolanos, brasileños y ecuatorianos. Todos desesperados por la clasificación a cuartos de final, mientras Chile descansaba en la comodidad de su anticipada clasificación.
Es cierto que para salir campeón hay que vencerlos a todos, también reconozcamos que a la hora de los quiubos todos le hacen el quite a los pentacampeones del mundo. Es así como Venezuela se nos asoma en el horizonte copero como un rival favorable hasta en las estadísticas. ¡A no confiarse de eso! Se trata de un equipo bastante ordenado que cerró una correctísima primera fase al conseguir amargarle la noche a Brasil y Paraguay respectivamente.
La condición de local que asegura la “marea roja” en las sedes de Mendoza y San Juan es otro factor a considerar. El mismo Esteban Paredes reconoce que la gente ha inferido mucho en la motivación de los jugadores.
En resumen, Chile para aspirar a “grandes cosas” tiene que afinar la puntería y corregir sus yerros defensivos. Ha sido aplaudido su poder de reacción, pero no olvidemos que este se ha producido una vez que le han pegado el primer combo. Con Venezuela tendrá que asumir responsabilidades y calzarse el traje de favorito.
Brasil y Paraguay definen al otro semifinalista que enfrentaría a Chile y la sede sería en Mendoza. Allí dónde al parecer el cielo está más cerca….


martes, 5 de julio de 2011

Elson Beiruth: “Nunca olvidé la camiseta blanca y el cariño de su gente”



Elson Beiruth grabó su nombre con letras de fuego en los corazones de los colocolinos con la obtención del Campeonato de 1970. Dos anotaciones suyas en el partido definitorio ante la Unión Española  le pusieron fin a siete años de sequía en las huestes albas y a la hegemonía del “Ballet Azul” en los sesenta.
Al año siguiente fue elegido como el mejor futbolista en Chile y disputó algunos encuentros de la memorable campaña de Copa Libertadores en 1973.  Defendió al cacique durante 8 temporadas y marcó 110 goles en 237 partidos oficiales. Por estas razones, el brasileño es uno de los extranjeros que más se ha identificado con la entidad popular. Un crack que no necesitó de las luces de una discoteca para brillar. Un ídolo de verdad con el que tuvimos el privilegio de charlar en la agencia de juegos de azar que tiene en pleno corazón de la Plaza Brasil y donde día a día sigue dándole alegrías al público.

Don Elson ¿Cuáles son los recuerdos de su debut profesional con los colores del Flamengo en 1959?
Debuté profesionalmente a los 19 años. Tuve de compañeros en ese equipo a  Gerson (Campeón del Mundo en 1970) y a José Germano de Sales. Jugué en la selección de Brasil que participó en los Juegos Panamericanos de Chicago en 1959, donde salimos segundos detrás de Argentina –ellos no perdieron ningún partido y nosotros caímos con Estados Unidos– en un formato de todos contra todos.

¿Cómo se gestó su traspaso a Colo-Colo desde el  Corinthians en 1965?
En el año 1961 me fui del Flamengo al Corinthians, en ese momento el  “timao” estaba en rodaje y no tuvo campañas muy relevantes.
¿Cómo llegué a Colo-Colo? Flavio Costa (Campeón con Colo-Colo 1960 y entrenador del Brasil subcampeón del mundo en 1950) me recomendó directamente al entonces entrenador de Colo-Colo: Don Hugo Tassara.
Recuerdo que a mi llegada compartí camarín con otros grandes extranjeros de la historia de la institución popular: Roberto Frojuelo (Brasil) y Walter Jiménez (Argentina).

Recuerdos de aquel primer partido por Colo-Colo  el 04/04/1965, con un 3-1 ante Audax Italiano
Venía de muy buena forma física, me sentí cómodo desde el primer momento, puesto que Flamengo también era un club popular en Brasil. Perdíamos por 1-0 y recuerdo que marqué el gol del empate. En esa época predominaba el “Ballet Azul y Colo-Colo no ganaba un título desde el año 1963.

¿Recuerda algún partido  o algún gol de la Copa Libertadores 1967?
En el año 1966 salimos vicecampeones y acompañamos a  la Universidad Católica a la Copa Libertadores. No tengo algún recuerdo especial porque quedamos eliminados.

¿Cuáles son las remembranzas de la campaña de 1970 compartiendo el ataque con Leonel Sánchez y Carlos Caszely?
Hicimos una linda campaña y todos jugaban extraordinariamente bien. Aparte de jugar con Caszely y con mi amigo Leonel, también jugué con Juan Carlos Gangas y con Víctor Zelada. Todos ellos grandes delanteros y mejores personas.

El Campeonato de 1970 se jugó en tres fases. Primero el Campeonato Metropolitano y los equipos divididos en dos series que jugaron por el paso a una liguilla final. Relátenos sus dos goles que  le dieron el título a Colo-Colo en 1970 frente a la Unión Española tras  una larga sequía de 7 años sin acariciar el campeonato  (27 de enero de 1971).
Anoté en dos ocasiones y la última conquista fue en el alargue. ¡Imagínese la alegría! Fue muy emocionante porque me sacaron la camiseta y me pasearon en andas. De la factura de los goles no me acuerdo mucho, el tiempo ha borrado en algo esas imágenes, no así el cariño del hincha.

¿Cuáles fueron las claves del proceso de Luis Álamos desde que toma la dirección del club popular en 1972?
Con la llegada de Don Lucho Álamos y de Don Lucho Venegas (PF), se conformó un gran equipo. Llegaron refuerzos que ellos mismos trajeron. Llegó Leonardo Véliz (Unión Española), Fernando Osorio, Manuel Rubilar (Lota Schwager), Guillermo Páez (Lota Schwager), “Chamaco”  Valdés (Antofagasta), Sergio Messen, que venía de la Católica, entre otros.
El “profe” Álamos era un adelantado,  trabajaba la mentalidad del futbolista, la conducta, la convicción de que se podía salir adelante y se podía enfrentar las adversidades. Era como una especie de psicólogo. El PF Luis Venegas nos sacaba tanto rendimiento que prácticamente no teníamos rivales y arrasábamos con todos.
A propósito de arrasar ¿El debut  en  Copa Libertadores 1973 con un 5-0 frente a la Unión Española les abrió el apetito para ganar el torneo continental?
Por supuesto, fue un golpe anímico muy importante. En ese partido por primera vez le gritaron a Caszely el famoso: “Se pasó, se pasó”.

El triunfo en semifinales sobre Botafogo en el Maracaná no solamente marca un punto de inflexión en esa campaña, sino que en la historia del fútbol chileno ¿Cómo vivió ese momento?
Ese fue un momento muy lindo, ese equipo estaba preparado para cualquier cosa. Aunque Botafogo no es el equipo más popular de Brasil, puedo decir que el triunfo fue muy importante y el silencio del Maracaná fue muy impactante.

En Argentina anotaron cargando a Nef, en Santiago le anularon un gol a Caszely y en Montevideo expulsaron a “Chuflinga” Herrera en el alargue… ¿ “Los diablos rojos”  de Independiente temían perder la Copa ante este Colo-Colo arrollador? ¿Comparte aquello de que a Colo-Colo le robaron la Copa?
Fue muy injusto el resultado porque Colo-Colo merecía ganar la final. Yo ya no estaba en el club, tenía el pase en mi poder y no llegamos a un acuerdo. Don Lucho también optaba por otros jugadores. Mi deseo era terminar mi carrera en la institución, pero las cosas no se dieron de esa forma.

¿Comparte aquello de que Colo-Colo aplazó el golpe de estado?
Colo-Colo le daba tranquilidad al país con su gran campaña. De nuestra parte estábamos absolutamente concretados en lo deportivo, pero de todas maneras nos dábamos cuenta de la efervescencia política.
Salvador Allende fue muy condescendiente con nosotros, nos recibió en La Moneda y con el equipo del pueblo se forjó una cercanía especial.

¿Cómo fue su experiencia jugando por otros equipos: Magallanes, Deportes Antofagasta y Santiago Morning?
Muy bonita la experiencia por todos esos clubes, pero debo confesarle que extrañaba la camiseta blanca y a su hinchada. Colo-Colo es Colo-Colo.

De su faceta como formador se rescatan grandes valores del fútbol chileno. En Audax, a Cereceda, Orellana, Carrasco y Rieloff, y en Colo- Colo al “Mago” Valdivia y a Fierro.
Teníamos un equipo técnico muy bueno con Mario Moreno “El Súperclase”  y  el PF Carlos Burgos, quien trabajó con el tenista Fernando González. En esa época había tres divisiones menores y se seleccionaban  a los mejores. De todas maneras el talento es de cada uno de ellos. Todos eran muy buenas personas, muy buenos elementos y hasta el día de hoy lo confirman. Siempre estamos en contacto.

¿Colo-Colo ’73, 1991 o 2006?
Los tres planteles fueron grandes, con jugadores de gran calidad y de gran talla técnica. Al Colo-Colo ’91 la gente lo recuerda mucho por haber sido campeón de la Copa Libertadores, los chicos de Borghi también dejaron su huella con la final de la Copa Sudamericana, pero al Colo- Colo ’73 se le tiene un cariño especial porque se arraigó en el corazón del pueblo…