viernes, 17 de junio de 2011

Copa América: "Ser o no ser campeón… esa es la cuestión"


 “¿Por qué has sido tan esquiva, Copa Libertadores de América?¿Por qué no has querido venir a nuestras vitrinas? Te hemos abierto cuatro veces la puerta y has dicho que no, coqueta Copa Libertadores de América…”
Esos eran los susurros que Wladimiro Mimica “El cantagoles” le dedicaba el 5 de junio de 1991 al huraño galardón continental que Colo-Colo conquistó en aquella memorable noche.
Asimismo, la obtención de la Copa América sigue siendo una espina clavada para el fútbol chileno. Ecuador, Venezuela y Chile son los únicos combinados que no han alzado el título del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
A esta soberana  también se le han abierto las puertas en cuatro ocasiones y su negativa ha sido rotunda: En 1955 Chile fue organizador del torneo y finalizó segundo en la tabla general que enfrentaba a todos contra todos; en 1956 en Uruguay,  la  “roja” repitió la marca; en 1979 en fase de grupos y en un formato de ida y vuelta los nacionales caen frente a Paraguay (0-1) en un tercer partido definitorio en Buenos Aires; y en 1987 en Argentina, los “charrúas” se impusieron por la cuenta mínima y nuevamente nos faltó la chaucha para el peso.
¿Será esta la ocasión para ponerle  fin a los triunfos morales? A Borghi se le ve bastante relajado. Ni modo -como decía El Chavo- con menudos jugadores. Su confianza se sustenta en una generación de mentalidad ganadora a la que le duelen las derrotas y la que tiene a cuestas un mundial juvenil, un mundial adulto y una no despreciable participación en las mejores ligas del mundo: Gonzalo Jara (West Bromwich, Ing), Arturo Vidal (Bayer Leverkusen, Ale), Gary Medel (Sevilla, Esp), Carlos Carmona (Atalanta, Ita), Mauricio Isla (Udinese, Ita), Matías Fernández (Sporting, Por) y Alexis Sánchez (Udinese, Ita).  Súmele que los criollos podrían aterrizar allende Los Andes con el “Niño Maravilla” como la flamante contratación del Barcelona, del Inter de Milán o del Manchester City.
La asunción del “Bichi” distendió el camarín y eso se refleja en el tipo de bromas que se permiten realizar los seleccionados, algo impensado en el proceso que lideraba Marcelo Bielsa. El ánimo se fue a las nubes, tras la exitosa gira por Europa –en marzo pasado- con el empate frente a Portugal y con el triunfo frente a Colombia. Tan en las nubes, que nos dimos el lujo de no jugar partidos amistosos ni en abril ni en mayo. En tanto, nuestros rivales del grupo C (Uruguay, México y Perú) aprovecharon los encuentros para aceitar sus engranajes y llegar de mejor forma a la justa regional.
Amistosos más o amistosos menos, Chile se presenta con el prestigio que se ganó en la era Bielsa y la Copa América pareciera ser la instancia propicia para revalidar dichos créditos. Ser o no ser campeón… esa finalmente es la cuestión.

jueves, 16 de junio de 2011

30 Feria Internacional del Libro de Santiago



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martes, 14 de junio de 2011

Universidad de Chile Campeón Apertura 2011: “El que quiere, puede”



“Somos la “U”, no nos den por muertos” ese era el grito de ultratumba que Jhonny Herrera emanaba, tras el primer combo propinado por la Católica en la ida de la finalísima del Torneo de Apertura. ¡Reconozcámoslo! Aquel hilo de ilusión nacía únicamente de quienes lideraban el camarín azul y también de aquellos incondicionales que agotaron las entradas al otro día de la derrota. ¡El resto que no se suba de colado a la micro de los campeones!
Los dos goles en contra suponían un bajón anímico de los universitarios laicos y la revancha como un mero trámite hacia la consecución del primer bicampeonato de la institución cruzada. Sin embargo, los de San Carlos de Apoquindo acusaron sus vulnerabilidades en los duelos anteriores a la gran final. Recuerde los cotejos frente a la misma “U” por la fase regular, frente a Colo-Colo en la primera media hora en el arranque de los play off y frente a Unión La Calera en ambos partidos por semifinales. ¿El clon de Bielsa habrá analizado los defectos del rival?
Muchos éramos escépticos a la oferta ofensiva de Jorge Sampaoli, pero el tiempo le fue dando la razón. Su escuadra fue la más efectiva al anotar 54 goles a favor y sólo recibir 25 en contra, siendo la valla menos vencida.
Tampoco le tembló la mano para prescindir de emblemáticos del club que no iban a encajar en su esquema: Manuel Iturra y Rafael Olarra. Tampoco sucumbió ante la presión de la hinchada que pedía en la titularidad a Diego Gabriel Rivarola. Súmele los acertados refuerzos de la temporada: Jhonny Herrera, Charles Aránguiz, y Gustavo Canales.
¿Y a la Católica nadie le avisó que se trataba de partidos de ida y vuelta? ¿A dónde estuvo el fútbol y el mejor equipo del semestre? El “Sapo” Livingstone  –comentaba unos días antes del partido– que Juan Antonio Pizzi había jugado todo el año con el ventilador y que corría el riesgo de cortarse los dedos.
Las confusiones tácticas llevaron a los cruzados a la histeria colectiva, precisamente en el partido más importante del año. Pratto sin compañía en delantera y el gran crédito cruzado Felipe Gutiérrez en la banca desde el primer minuto lo podría resumir prácticamente todo.
En resumen, el título de la Universidad de Chile es el premio al riesgo, a la convicción y a la vocación ofensiva que Jorge Sampaoli logró trasuntarles a sus jugadores a lo largo del campeonato. También es el despertar de un fútbol cagón, que dio sus primeros pasos –después de un siglo– ofensivos con la estrategia de Marcelo Bielsa. Mi viejo me decía desde pequeño que el que quiere puede, y la Universidad de Chile quiso ser campeón.