miércoles, 18 de enero de 2017

Un presente “Macanudo” y un futuro esplendor



Hace un tiempo no muy lejano, cuando no veíamos  una en el fútbol, decíamos que jugábamos como nunca y que perdíamos como siempre. Y ahora que estamos ganando algo ¿por qué decimos que los torneos menores no tienen importancia? ¿Acaso era mejor quedarse en casa y ver como los otros se hacían de los títulos?
Más allá de si la Copa China tiene jerarquía o no, aquí está el mérito de un Juan Antonio Pizzi, que refrescó su escuadra con los nombres de Pablo Galdames, Óscar Opazo, Ángelo Sagal, César Pinares, Rafael Caroca, Paulo Díaz, Guillermo Maripán, Esteban Pavez y Leonardo Valencia. Acuérdese de que el entrenador argentino tomó el fierro caliente en febrero del año pasado y en marzo les tuvo que hacer frente a los duelos clasificatorios ante Argentina en Santiago y Venezuela en Barinas. Sin embargo, el proceso recién se podría dar por comenzado en mayo, con el amistoso ante Jamaica en Viña del Mar, donde se buscaba una línea futbolística para la Copa América Centenario. 
En la cita de Norteamérica hubo dudas en la primera fase, pero en la ronda siguiente la “Roja” se destapó ante México, le ganó a Colombia en semifinales, y en la disputa por el título, otra vez la “gracia” a Argentina desde los doce pasos. Hasta ahí todo bien, pero luego el bajón fue evidente y preocupante ante Paraguay en Asunción, Bolivia en Santiago y Ecuador en Quito. El puesto de “Macanudo” nunca estuvo en duda, pero las caídas duelen y por eso es que en la siguiente fecha doble, el estratego  no se regaló ante Colombia en el horno de Barranquilla, y con la necesidad de los tres puntos, tampoco le tuvo misericordia a Uruguay en el Nacional. 
Me gusta lo de Pizzi, porque a estas alturas no es suerte ni casualidad, porque ha sido consciente de sus yerros tácticos, los ha corregido y ha perseverado hasta darle su propio sello al equipo. Me gusta Pizzi porque es decente y porque está haciendo el recambio de forma natural y sin apremios, sabiendo que a la generación dorada todavía le queda un buen rato. Me gusta este Chile de ímpetu juvenil que lo quiere ganar todo y que no distingue camiseta ni tamaño o tipo de torneo. El 2017 la “Roja” se pone el frac para codearse con la elite del fútbol mundial en la Copa Confederaciones y para amarrar la clasificación a su tercer Mundial consecutivo. El presente es Macanudo y el futuro es esplendor.