martes, 29 de marzo de 2022

Estos muchachos son extraordinarios y no conocen los límites


En estos días se habla de “The last dance”, cuando un deportista o equipo se despide de la alta competencia. En español esto se traduce a “El último baile” y se aplicaría a la “Generación dorada”, como su último proceso clasificatorio que disputaron rumbo al Mundial Qatar 2022.

Sin embargo, hace más de diez años que estoy escuchando decir que es el último baile de esta gloriosa camada de futbolistas chilenos.

En la Copa América de 2011, luego de la eliminación ante Venezuela en los cuartos de final, se habló de recambio tras el primer fracaso de Claudio Borghi al mando de la Selección. Posteriormente, clasificaron al Mundial de Brasil en 2014 bajo la dirección técnica de Jorge Sampaoli y después de la dramática eliminación ante el local en los octavos de final, también se esbozó el final de un ciclo, pero los jugadores se hicieron la promesa de ganar la Copa América de 2015 que se iba a jugar en casa.

En el torneo que se disputó en Chile, cumplieron su palabra y alzaron el título. Al año siguiente, se disputó la Copa América Centenario y tras perder el primer encuentro con Argentina y jugar irregulares partidos con Bolivia y Panamá en la primera fase, algunos ya los estaban retirando.

Sin embargo, en la otra ronda derrotaron abultadamente a México por 7 a 0 y todo cambió. Esto escribí el martes 21 de junio de 2016: “Quizás las críticas les hirieron el amor propio a los jugadores, pero de repente las bandas comenzaron a entenderse a la perfección y los pases que se entregaban errados ahora eran correctos. Los goles perdidos ahora entraban de uno en uno, hasta llegar a siete. Eduardo Vargas se matriculó con cuatro y a nadie le preocupa si no convierte en Italia, Inglaterra, España o Alemania. ¿Para qué?, si por Chile los anota todos y ya superó el récord de Carlitos Caszely y ahora va por el de Iván Zamorano. Alexis, con veintisiete años, es el segundo goleador histórico y va por los cien partidos con la camiseta chilena. Claudio Bravo recibió el afecto de la familia y volvió a lo suyo, a dejar el arco chileno en cero. ¿Qué dirán ahora los que lo estaban jubilando?”.

Alzaron el bicampeonato de América y posteriormente fueron vicecampeones de la Copa Confederaciones. Este último, no fue un segundo lugar cualquiera, este fue un segundo lugar donde estaban los campeones de todos los continentes y donde derribaron a Australia, Camerún y Portugal de Cristiano de Ronaldo.

¿Ahí se acabó la generación dorada? No. Pelearon hasta el último partido por un cupo al Mundial de Rusia de 2018, pero sus integrantes que ya bordeaban los treinta años, acusaron el desgaste de participar en el torneo confederativo y cayeron en el último tramo de las clasificatorias con Paraguay de local y Bolivia de visita. El entrenador Juan Antonio Pizzi, tampoco le puso mucho empeño en este tramo de la competencia y allí se hipotecó el paso al Mundial.   

En 2019 en la Copa América de Brasil, la “Generación dorada” dirigida por Reinaldo Rueda, tuvo un revival y derrotó en los cuartos de final a Colombia en la definición a penales y se metió entre los cuatro mejores del torneo. Posteriormente, cayó estrepitosamente con Perú en semifinales y en la definición por el tercer puesto, cedió ante Argentina con los recordados pechazos de Lionel Messi y Gary Medel.

En la versión 2021 del antiguo torneo continental, Chile bajo la conducción de Martín Lasarte hizo una correcta primera fase, donde empató con Argentina y Uruguay y le ganó a Bolivia y perdió con Paraguay. En la otra ronda, casi como una sentencia, lo eliminó Brasil, el organizador de la cita.

El entrenador uruguayo también echó mano a la generación dorada para enfrentar las clasificatorias rumbo a Qatar 2022 y exprimió el limón hasta que no dio más jugo. La farra ante Bolivia y la derrota ante Ecuador, ambos jugando como local, son las espinas del proceso de “Machete”.

Igualmente, hay que sacar los pañuelos y aplaudir a la “Generación dorada” porque dio todo y mucho más. No creo que sea el último baile de estos magníficos futbolistas, porque el próximo año se juega la Copa América, en dos años más hay Juegos Olímpicos y en las clasificatorias rumbo al Mundial 2026, en una de esas, les alcanza a Charles Aránguiz con 37 años y Alexis Sánchez, Mauricio Isla y Eugenio Mena con 38 años. Claro, usted me dirá que son edades respetables, pero acuérdese de que estos muchachos son extraordinarios y  no conocen los límites.

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