martes, 20 de diciembre de 2022

Nobleza, obliga

La final del Mundial fue una gran ópera dividida en tres actos. El primero, desde el minuto uno al ochenta, con un dos a cero cómodo de Argentina sobre una Francia inofensiva e inocua, que entregaba hasta ese momento la corona con facilidad.

El segundo, con el despertar de los galos y de su bestia de veintitrés años Kylian Mbappé, que increíblemente forzó el partido al alargue con sus dos goles en tan solo diez minutos.

El tercero, en un alargue infernal con ataques de ambos equipos y con un gol para cada lado de (Adivine, sí) Messi y Mbappé, que casi como una final soñada se definiría a penales.

En esta misma página, dije que Argentina siempre se autocandidateaba y que mi carta para el título era Francia, puesto que tenía al imparable Kylian Mbappé.

Algunos amigos argentinos se sintieron con mis comentarios e hice un giro en mis proyecciones mundialistas, para instalarlos en una final, donde los veía sucumbir ante el poderío del campeón del mundo.

Sin embargo, los partidos hay que jugarlos y las finales se tienen que macerar, como aquellas que les ganamos a los mismos trasandinos en las Copas América 2015 y 2016, donde teníamos un 99% de posibilidades de perder, pero aguantamos, resistimos y vencimos al equipo de Messi, el genio.

El domingo pasó lo mismo, cuando Argentina bajó la guardia a finales del segundo tiempo con el dos a dos. El dormido Francia, soltó a sus gacelas y Scaloni tuvo que mantener a los suyos con los dientes apretados. Afortunadamente, estaba el Dibu Martinez en el arco albiceleste, porque ese achique con las piernas abiertas sólo se los he visto al "Loco" Gatti y al "Loro" Morón. Tremendo.

Bueno, el Dibu ya traía un historial de triunfos en definición a penales y no falló en el momento más importante. Y Messi fue el líder, el genio y el arquitecto de la copa 2022. ¡Qué Mundial te mandaste, Pulga!

Repito que este no era mi equipo favorito para ganar el Mundial y puse en duda varios de sus triunfos como ante Países Bajos y Croacia, pero siempre reconocí su explosividad en ataque y eso a la larga, demolió y noqueó a sus rivales y hoy cuando estuvieron en las cuerdas y tuvieron que ir a buscar el premio mayor, lucharon, pelearon y se lo arrebataron al gran rival de esta cita.

Bien ganada la copa, amigos argentinos. Disfrútenla y celébrenla.

Nobleza, obliga.

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