jueves, 9 de junio de 2016

Así será



Qué difícil es asimilar la derrota ante Argentina cuando se venía de un proceso tan exitoso y en el que había tanto afán por el arco rival. A pesar de las tres derrotas en línea, el cargo de Juan Antonio Pizzi no está en cuestión, pero su pizarra acusa errores tácticos y debe corregirlos con plazo mínimo. Marcelo Bielsa definía al futbolista chileno como táctico, obediente y mecanizado, y por esas mismas características, también pareciera afectarle el cambio de mano técnica. Lamentablemente, Borghi no dirigía como Bielsa y Pizzi tampoco lo hace como Sampaoli.
El “Tata” Martino estudió muy bien al equipo chileno y lo salió a presionar en el mediocampo para luego atacarlo veloz e incisivamente por las bandas. Acá Mauricio Isla fue uno de los puntos más bajos, tanto en la cobertura como en el despliegue en ataque. No hubo un centímetro para Vidal, Aránguiz y Díaz, y el primer tiempo se fue en blanco, con algunos intentos de Alexis Sánchez, pero siempre con el predominio albiceleste.
El gol de Ángel Di María a los 51’, tras una pelota perdida por Aránguiz, ratificó la supremacía trasandina y también trajo de vuelta algunos espectros que ya pensábamos desterrados en el fútbol chileno. A los 58’ llegó el también zurdazo de Ever Banega y una clara ventaja, que hasta el descuento de José Pedro Fuenzalida a los 93’, no sufrió mayores sobresaltos.
Los tres puntos con Argentina no se contabilizan como seguros en ninguna competencia y en más de cien años, se les ganó solamente dos veces. En las Clasificatorias para Sudáfrica 2010, hubo que hilvanar treces pases seguidos para llegar al gol de Orellana y en Copa América de 2015, se ejecutó una esplendida tanda de penales.
Más allá de la derrota, lo que incomoda es la forma en que se perdió, y ahí  es donde Pizzi tiene que encontrar su propia fórmula. No son buenas señales para su liderazgo, el descontrol de referentes como Gary Medel y Arturo Vidal y la poca autocrítica a la hora de los reveses. Convengamos en que tampoco es tarea fácil, debutar con Argentina en Clasificatorias y Copa América Centenario.
Los lances frente a Bolivia y Panamá se presentan como la oportunidad propicia para cambiar de piel y para retomar el rumbo, ese que después de este torneo -comercialmente creado por los de la CONMEBOL- debe conducirlos a su tercera Copa del Mundo consecutiva. Jubilémoslos en ese momento y no antes. Que así sea. ¡Así será, así será! 

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