martes, 20 de noviembre de 2018

El cabro bueno y regalón que metió el penal perfecto


En el Torneo de Clausura 2005, la alineación de Colo-Colo lucía algunos nombres no tan estelares (Germán Real, Juan Manuel Lucero y Jorge Serna), otros de gran experiencia (Miguel Ramírez, Moisés Villarroel y Héctor Tapia) y otros de gran proyección: (Claudio Bravo, Jorge Valdivia y
Matías Fernández).
A este último, lo vi ese año en cancha -ya había debutado en 2003- y en pocos minutos me pude dar cuenta de que estaba en presencia de una de las irrupciones futbolísticas criollas más interesantes del último tiempo. Y así lo confirmó el mediocampista, porque al año siguiente se consagró como "El Mejor de América" en el equipo de Claudio Borghi que alcanzó el subcampeonato de la Copa Sudamericana. ¿Se acuerda de qué los comentaristas argentinos estaban locos con sus regates y anotaciones de tiro libre?
Arribó como una estrella al Villarreal de Manuel Pellegrini, pero la nostalgia lo consumió en Europa.       Tuvo mayor regularidad en el Sporting de Lisboa y  en la Fiorentina pero nunca fue lo mismo. Un paso fugaz por el Milán y su destacado actual presente en el Necaxa de México completan una carrera de sube y baja.
Su idilio con la “Roja” comenzó cuando los entrenadores César Vaccia y José Sulantay lo convocaron a las selecciones menores Sub 17 y Sub 20.  Participó en torneos sudamericanos y en el Mundial de Holanda 2005, donde destacaron Gonzalo Jara y José Pedro Fuenzalida entre otros.
Marcelo Bielsa que es un viejo zorro del futbol, se dio cuenta de que el tímido muchacho necesitaba de un entorno que lo protegiera para alcanzar su máximo potencial. Por lo mismo, lo hizo uno de sus preferidos. A tal punto de celebrar con euforia su tanto ante Colombia en Santiago por las Clasificatorias a Sudáfrica 2010. Así también lo regañó en alguna ocasión: ¡Qué pasa ahora Matías!, ¡Siempre pasa algo!
El penal ante los argentinos en la final de la Copa América, debe ser uno de los mejores ejecutados de la historia, pero cuesta encontrar el gran partido de Matías por la Selección Chilena, donde se haya echado el equipo al hombro, algo que continuamente le critican los argentinos a Lionel Messi. Jugar en el mediocampo supone un carácter fuerte y hay que sobrevivir en ese sector de la cancha.
El ex seleccionador Claudio Borghi dijo en una entrevista (LUN 16/10/17) que hubo cambios en Matías Fernández cuando ingresó a la religión y cuando se tomó la carrera desde otra perspectiva, quizás una menos competitiva: "Es obvio que en un momento como que Mati dijo 'hasta aquí nomás llego y no quiero escalar más'. No sé. Puede ser algo religioso. Desde que se convirtió (en evangélico) como que decidió quedarse en lo que había logrado nomás", sentenció el Bichi.
El 6 de septiembre de 2016, Chile empató 0-0 ante Bolivia en el Estadio Monumental dejando escapar puntos de oro para ir al Mundial de Rusia. Matías ingresó en el minuto 53 por Rodrigo Millar. Sólo estuvo 11 minutos en cancha ya que se resintió de su lesión en la rodilla, saliendo a los 64 minutos por Felipe Gutiérrez. Fernández no volvió a ser convocado, y el técnico Juan Antonio Pizzi prefirió llamar a Gutiérrez para la Copa Confederaciones 2017 y los próximos duelos clasificatorios.
Pasó un largo tiempo para que volviera el hijo pródigo de la Roja, el cabro regalón y humilde que extrañaba por las noches a su mamá en una pensión de la comuna Macul. Un regreso que ojalá no sea solamente para los aplausos.

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