La figura del malogrado Eduardo Guillermo Bonvallet la
recuerdo desde sus días como panelista en el programa “Círculo Central” de
Chilevisión en 1994, pero con mucha más nitidez desde su irrupción en Radio
Nacional y en La Red en 1996. Antes lo conocía únicamente como un ex volante de
las Universidades de Chile y Católica y de la Selección Chilena.
Dicen que en la vida no hay casualidades, sino causalidades, y curiosamente
este ex futbolista que había representado a Chile por última vez en un Mundial
de Fútbol (España ’82), se convirtió en el principal analista del proceso del
español Xabier Azkagorta rumbo a Francia ’98.
El ex D.T. de Bolivia se transformó en su enemigo número uno y a quien
dirigía la mayoría de los dardos. Es así como el ex volante cruzado, utilizaba
una pizarra para dejar de manifiesto cada uno de los yerros tácticos del entrenador vasco. El estilo
mordaz, directo e irreverente de sus comentarios se convirtió en todo un hito radial y televisivo. A tal punto, de que muchos hinchas preferían perderse el partido
antes que sus comentarios. El fenómeno también se extendió a la calle, donde se instalaron términos como “cero posibilidad”, “parafernalia”,
“insulso” y “manotazo” entre otros.
En ese período, el “Gurú” también criticó a los fanáticos criollos por su falta de identidad y los mandó a ponerse la camiseta roja para alentar a la Selección. El comentarista tampoco concebía a un
futbolista sin intelecto, mal vestido y sin amor por su patria. Se haría costumbre en nuestros jugadores, la mano en el pecho a la hora del himno nacional y decir quiero ser "Campeón del Mundo".
El romance del ex mundialista con la "Roja", alcanzó su momento más alto
tras la salida del “Bigotón” y la clasificación a la cita planetaria francesa de la mano de Nelsón Bonifacio Acosta. Luego vendrían otras polémicas con
seleccionadores nacionales, como Juvenal Olmos, Pedro García, Marcelo Bielsa y
Jorge Sampaoli.
Bonvallet Godoy entendió la vida con pasión y vehemencia y como buen ser humano, así le acertó y así también le erró. Quizás fue más de lo uno que de
lo otro, pero ¿acaso la vida no se trata de eso?
No lo conocí personalmente y tampoco hice grandes intentos para reunirme con él. Alguna vez le mandé unos correos para entrevistarlo, pero no hubo respuesta y otra vez fui a ver su programa "Bonvallet con todo" de TVO, que se grababa en la Universidad Diego Portales en calle Ejército, pero tampoco hubo acercamiento. Sin embargo, unas semanas antes de morir, el comunicador llamó a los redactadores interesados en escribir su biografía y ya me animaba para visitarlo en Radio La Clave, pero el “Bonva” decidió volar a la eternidad y dejó este y otros capítulos inconclusos.
No lo conocí personalmente y tampoco hice grandes intentos para reunirme con él. Alguna vez le mandé unos correos para entrevistarlo, pero no hubo respuesta y otra vez fui a ver su programa "Bonvallet con todo" de TVO, que se grababa en la Universidad Diego Portales en calle Ejército, pero tampoco hubo acercamiento. Sin embargo, unas semanas antes de morir, el comunicador llamó a los redactadores interesados en escribir su biografía y ya me animaba para visitarlo en Radio La Clave, pero el “Bonva” decidió volar a la eternidad y dejó este y otros capítulos inconclusos.
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