miércoles, 2 de octubre de 2013

Por el honor de su historia


Qué triste es ver a Colo-Colo en estado de enfermo crítico. Al elenco popular se le extravió el fútbol y lo peor de todo: el alma. Poco y nada queda de ese equipo fuerte y grande, de sangre altiva y de noble corazón.

Cada domingo, once fantasmas corren con el indio en el pecho que más parece una cruz en la espalda. Se habla de un equipo que está bajo presión y con averías sicológicas, pero ¿usted estaría deprimido en un trabajo que le gusta hacer, en el que recibe millonarias remuneraciones y en el que no lo despiden por mal rendimiento? Es cierto, las malas decisiones de sus administradores han repercutido directamente en la cancha, pero ceñirse la camiseta blanca siempre supuso empuje y coraje.

Asimismo, el Estadio Monumental pasó de ser un reducto inexpugnable a una cancha donde los equipos se pasean como Pedro por su casa. En las últimas tres temporadas, el Cacique ha perdido casi el 30 por ciento de sus duelos  como anfitrión y sus verdugos han vestido de las más disimiles divisas.

Las estadísticas no mienten en este torneo: los albos han disputado cuatro encuentros en casa y registran tres derrotas (Everton, Unión Española y Palestino) y tan solo una victoria (Iquique). Así completó tres caídas en línea en el David Arellano (Unión, Pasto y Palestino), igualando su peor registro histórico del 2012, cuando perdió ante la Universidad de Concepción, La Serena y el propio cuadro árabe.

El hincha ya no resiste más, y con justa razón pide la cabeza de un Gustavo Benítez que actualmente tiene a los de Macul sin ganar un partido hace cinco fechas y en la antepenúltima posición del Torneo de Apertura. Al igual que Cagna, Gallego, Basay y Labruna, el paraguayo tampoco resultó ser la solución al morrocotudo descalabro que arrastra la institución alba. Arturo Salah respalda a Benítez en el cargo, pues lo contrario sería poner en cuestión su propia gestión.

A estas alturas  de  la  crisis, es difícil pensar en una remontada de la mano del mismo Benítez o que hipotéticamente Fernando Vergara, Hernán “Bolillo” Gómez o Eduardo Berizzo van a apagar el incendio en el corto plazo. No faltan los entusiastas que postulan a Marcelo Bielsa y suena bastante bien, pero basta recordar su salida de la selección chilena y sus dichos en contra de las concesionarias de los clubes grandes para descartarlo inmediatamente.

Con tan paupérrimo rendimiento, Colo-Colo prácticamente ya no se juega nada en este campeonato, sin embargo los albos siempren tiene que jugar por su vergüenza deportiva y por el honor de su historia.

 

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