Escribo
este comentario con emoción y casi temblando, porque estos jugadores chilenos
no saben de utopías. El elenco criollo tumbó al campeón de Europa y al mejor
jugador del mundo en un partido que se dio más o menos como lo indicaba la
lógica: muy cerrado y con un Portugal abusando del contragolpe vía Cristiano
Ronaldo por la banda izquierda.
La
prensa criolla le hizo queques y tortas toda la semana al delantero del Real
Madrid, y está bien porque es el mejor
del orbe. Pero ¿usted alguna vez le vio un partido bueno a Maradona, Rivaldo o
Messi ante Chile? Sí, al frente estaba un rival de pergaminos, pero Chile es el
rival a vencer y al que nadie quiere enfrentar.
Hasta
el 28 de junio de 2014, no había experiencia en instancias definitorias, y
aquel duelo por segunda ronda del Mundial ante Brasil, en el Mineirao, marcó un
punto de inflexión para este equipo. Allí hubo aprendizaje en el dolor, que
luego vio sus resultados en las finales, los alargues y los penales ante los
argentinos en Copa América 2015 y 2016.
Este
encuentro no se puede analizar desde un prisma tan futbolístico, porque en
estas instancias hay que manejar muy bien el aspecto mental. Los argentinos,
uruguayos, alemanes e italianos toda la vida han dictado cátedra de
pragmatismo, mientras que nosotros hasta
hace muy poco jugábamos como nunca y perdíamos como siempre.
A Juan
Antonio Pizzi se le criticó la decisión de incluir a reservas en el partido
anterior, pero su idea era tener a todos los titulares disponibles para las
semifinales. El resultado le dio finalmente la razón al argentino, y las tres
finales en un año y cuatro meses en el cargo tampoco son pura y mera casualidad.
¿Y
qué me dice de la actuación de Claudio Bravo? En casi cuarenta años mirando
fútbol, no recuerdo haber visto a un arquero que haya atajado toda la serie de
penales. Ni a Sergio Goycochea ni a Gianluigi Buffon le vi algo tan épico. Las
estadísticas lo ubican desde ayer en una trilogía de arqueros que dejaron su
arco en cero en tandas de penales en juegos oficiales de selecciones -pero sus
lanzadores además desviaron-: Oleksandr Shovkovskiy, de Ucrania ante Suiza en
el Mundial de Alemania 2006, y Justo Villar, de Paraguay ante Brasil en Copa
América de Argentina 2011.
Chile,
en su primera final de un torneo mundial de la FIFA, frente a Alemania en la
revancha del empate a uno en la fase de grupos. En dicho encuentro, la “Roja”
dominó en los primeros treinta minutos del primer tiempo, pero el desgaste
físico le pasó la cuenta y terminó pidiendo la hora. Sin embargo, los teutones
se mostraron vulnerables cuando la pelota se jugó a ras de piso.
El
domingo se jugará otro partido y hay que estar muy atentos, porque en las
finales, el que pestañea pierde… pero estos muchachos hace rato que están con los
ojos bien abiertos.
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