La
“Roja” nos tiene mal acostumbrados, porque siempre queremos que aplaste,
triture y golee, pero no todos los partidos se dan de la misma forma. A
Alemania se le marcó tempranamente a los seis minutos -a través de un Alexis
Sánchez que se convirtió en goleador histórico- y se le sometió hasta pasados
los treinta minutos del primer tiempo, pero ese ritmo no se pudo mantener
durante todo el encuentro. El partido físico favoreció a los teutones, quienes se posicionaron en campo chileno, aunque sin
la efectividad de todas las oportunidades que se crearon en el segundo tiempo.
A
pesar del cansancio, Chile no renunció a su filosofía futbolística y quemó sus
naves con un Arturo Vidal ubicado como un punta retrasado y con los descuelgues
de Mauricio Isla por la derecha y los centros de Jean Beausejour por la
izquierda. Eduardo Vargas estuvo movedizo y buscó el gol durante todo el
encuentro, pero en el primer tiempo chocó un tiro en el travesaño y en el
segundo también chocó, pero con una última línea compuesta por cinco defensores
alemanes.
En
el arco, Johnny Herrera hizo un partido correcto y no tuvo mayor
responsabilidad en el empate. Gary Medel, como siempre un bastión en la defensa
y que se resintió con el trajín de las acciones: salió reemplazado a los 70’.
Gonzalo Jara, conocedor de su puesto, brindó seguridad y administró con
criterio la pelota. Charles Aránguiz y Marcelo Díaz todavía no alcanzan sus
mejores rendimientos, pero son jugadores regulares que crecen durante la
competencia; todavía les falta campeonato. Pablo Hernández es del gusto del
entrenador y punto. Juan Antonio Pizzi debió haber reemplazado al hombre del
Celta por un Leonardo Valencia que pide más minutos y en ese enroque haber
devuelto a Arturo Vidal a su posición original en el mediocampo.
De
todas maneras, este Chile es interesante cuando ataca, pero también cuando
defiende, y más allá de si era el equipo B de Alemania, siempre se trata de un
elenco altamente estratégico. Ya no es casualidad o coincidencia, Chile hace
ver mal a sus rivales y los constriñe hasta dejarlos sin reacción.
La
clasificación a semifinales por ahora está en suspenso, pero Australia es un
rival al que se le venció con holgura en el Mundial de Brasil de 2014, y por
nivel de juego exhibido, no debería complicar las aspiraciones de la Selección
Chilena. El escritor británico George Orwell decía que la historia la escriben
los vencedores, pero por estos días la escriben unos que se visten de rojo.
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