No
hay nada que reprocharles a estos jugadores chilenos, porque lo dejaron todo en
la cancha y porque los recursos utilizados para enfrentar la final fueron
tremendamente nobles. El fútbol de la "Roja" fue propositivo y
valiente pero careció de finiquito, y eso se paga muy caro a este nivel.
Alemania se protegió hasta lo impenetrable y aprovechó con astucia el error de
Marcelo Díaz. Un yerro que lamentablemente sentenció el encuentro, pero que
puede cometer cualquiera, y acá le pasó al que menos se equivoca.
Posteriormente, el volante extendió una sentida carta de disculpas, pero el “Car’e
pato” tiene crédito de sobra en la Selección.
A
Juan Antonio Pizzi le faltó un hombre de área para aprovechar las ocasiones de
ataque y un diez para abrir la cerrada defensa teutona. Este equipo jugó el
mejor fútbol del torneo y merecía ser campeón, pero goles son amores y no
buenas razones. Chile no los hizo y Alemania sí. Así de simple.
El
“Macanudo” sucumbió ante la muralla alemana, y sacar a los pilares Marcelo Díaz
y Charles Aránguiz fue como darle una clara señal de rendición al rival. Arturo
Vidal empujó, pero sus esfuerzos fueron estériles a ratos. Alexis Sánchez, sin
la contundencia necesaria para estas instancias. Pedro Pablo Hernández, corredor
y metedor, pero no logra ser un jugador desequilibrante. Gonzalo Jara, oficioso
y al filo del reglamento, se salvó de la tarjeta roja: El criticado VAR esta
vez estuvo de nuestro lado. Gary Medel, un pilar en la defensa, casi sin puntos
bajos. Jean Beausejour y Mauricio Isla chocaron continuamente con el frontón de
cinco hombres que pusieron los europeos. Edson Puch y Leonardo Valencia con correcto
desempeño en los minutos que ingresaron. Ángelo Sagal pudo convertir, pero
elevó una pelota que aparentemente se veía muy fácil. Esta fue casi la última
posibilidad clara de gol de Chile, junto con el tiro libre de Alexis Sánchez,
que manoteó el inspirado portero Ter Stegen.
Claudio
Bravo recibió la mención como el mejor arquero del torneo, tras su excelente
cometido ante Australia y su portentosa actuación ante Portugal.
Este
no es segundo lugar cualquiera, este es un segundo lugar en la Copa
Confederaciones, donde juegan los mejores, y en este camino se le ganó a España
campeón del mundo, Uruguay campeón de América, Argentina subcampeón del mundo,
México campeón de la Concacaf, Camerún campeón de África y Portugal campeón de
Europa. No se pudo con Alemania, pero en la vida se gana y se aprende, y su
tercer Mundial los espera a la vuelta de la esquina. Quizás esta lección nos
enseñó que la concepción futbolística debe ser completa y no solamente
ofensiva. La “Roja” se consagró como la segunda mejor selección de las
federaciones del mundo y todo un país se los agradece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario