Los Juegos Suramericanos
y los Parasuramericanos realizados en marzo pasado en nuestra capital nos
dejaron postales imborrables. Uno de esos inolvidables momentos, lo protagonizó
la atleta paralímpica Margarita Faúndez con el oro que obtuvo en la prueba de
los 800 metros en la pista central del Estadio Nacional.
No obstante, la llegada
al deporte de la destacada atleta no vidente fue por casualidad y a través de la invitación
de un compañero de clases, que con el tiempo se convirtió en su compañero de
vida. Al principio creyó no tener las habilidades para llegar a ser deportista,
ya que por su enfermedad se tuvo que eximir siempre de la clase de Educación
Física en el colegio. Después de seis
años de haberse iniciado en la actividad, la atleta chilena es hoy campeona a
nivel nacional dentro de su categoría y en 2012 llegó a posicionarse en el 11°
puesto del Ranking Mundial. Además de la resonante medalla de oro que consiguió
en los recientes I Juegos Parasuramericanos. Acá la entrevista con la flamante
campeona parasuramericana de los 800 mts: Margarita Faúndez.
¿Cómo
nació tu pasión por el deporte y por el atletismo en especial?
Nace de una invitación que me realizó mi actual pololo,
hace seis años. Él había sido atleta convencional en su época escolar (atleta
sin discapacidad) y regresaba a las pistas después de estar retirado por ocho
años. Ahora lo hacía como atleta paralímpico (discapacidad visual). Él fue quien descubrió potenciales en mí que
hasta ese momento nadie había notado. Luego de tres meses de su insistencia, le
dije: Ok. ¡Voy a probar que tal resulta esto! Y temerosa y asustada, partió mi
experiencia un 3 de julio de 2008. Jamás
pensé que por querer pasar más tiempo con mi pololo y por querer desafiarme a algo nuevo y desconocido, llegaría a ser
quien soy hoy en día en el atletismo paralímpico nacional.
Es
sabido que en Chile ser deportista es muy difícil ¿Ser mujer deportista y
desarrollarse en el movimiento paralímpico lo es aún más? ¿Cuáles han sido los
pros y los contras?
Para nadie es desconocido que ser deportista en
Chile es muy difícil y claramente ser mujer deportista es mucho más, pero considero
que no hay cosa más compleja que ser mujer, deportista y tener una discapacidad,
o mejor dicho ser deportista paralímpica. Somos pocas las atletas paralímpicas
a nivel mundial, y atletas no videntes somos
aún menos. Debido a esta poca demanda de atletas paralímpicas, en los grandes
eventos deportivos como parapanamericanos, mundiales y juegos paralímpicos no
se realizan todas las pruebas necesarias, y mucho menos para cada categoría. Me
explico: en los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara 2011 -el primer gran
evento deportivo en el cual participé-, lamentablemente me tuve que preparar,
clasificar y competir en la prueba de 400
metros, que claramente no era para mí y no era mi especialidad. Esto pasa en
todos los grandes eventos deportivos, y por ende, a los competidores nos toca
adaptarnos a la prueba del momento y eso es un impedimento para especializarnos
en la disciplina adecuada y no desarrollarnos en la prueba donde tenemos mejores
posibilidades.
¿Cuáles
son los apoyos y financiamientos que has recibido?
El apoyo y el financiamiento que existe en Chile
para el deporte es bajísimo y para el deportista paralímpico es mucho menos.
Las empresas, instituciones o entidades ven en el atleta una posibilidad de
ganar -y no se discute-, pero eso impide que a los deportistas paralímpicos se
nos apoye. El deporte paralímpico en Chile es como el hermano chico del deporte
convencional y por ende los deportistas sin discapacidad son mucho más conocidos
que nosotros porque claramente venden mucho más. Ellos son un producto mucho
más atractivo para las empresas; por lo mismo salen mucho más en los medios,
son más nombrados y tienen más cobertura. En cambio nosotros somos los
discapacitados que le ganan a la vida haciendo un deporte, y creo que no se nos considera como
deportistas de alto rendimiento.
¿Cuál
ha sido tu experiencia con los auspiciadores?
He golpeado muchas puertas de empresas, de marcas
deportivas y también de otros rubros, pero ha sido complejo. Zuko Go estuvo
apoyándonos durante dos años con la hidratación deportiva y Sckechers estuvo
ayudándonos con las zapatillas durante más de un año. Hasta principios del 2013
no encontrábamos más apoyo, hasta que en septiembre del mismo año Harold
Mayne-Nicholls y su fundación “Ganamos Todos”, confiaron en nosotros (Alejandro
Arellano, saltador paralímpico y yo) y decidieron apoyarnos en nuestra
preparación para los Juegos Parasuramericanos Santiago 2014. Este ha sido el
mayor apoyo que he tenido durante los seis años que llevo corriendo.
Muchos preguntan si la vida me ha cambiado después
de los Juegos o cuántas ofertas me han llegado por ser medallista de oro; les
explico que no ha sido así, pero no pierdo la fe en que el apoyo y la ayuda llegarán
pronto.
¿Cómo
podrías definir el concepto de alto rendimiento?
Ser un deportista de alto rendimiento es estar
dedicado ciento por ciento al deporte. Es dedicar tu vida a entrenar, que
todo gire en pos de tu deporte, es
alimentarte, descansar, todo para que tus entrenamientos y tu rendimiento
mejoren. Muchas veces es dejar todo de
lado para representar a tu país: familia, amigos, fiestas y casi siempre
profesión y trabajo. Es paradójico
pensar que no se puede vivir del deporte, pero tampoco se puede ser deportista
de alto rendimiento y desarrollar tu profesión.
¿Qué
te pareció el fenómeno que se produjo con los Juegos Suramericanos y los Juegos
Parasuramericanos?
Es difícil no pensar negativamente, pero siento que
nos falta mucho como país en todo lo
relacionado al deporte convencional y paralímpico. Pero es nuestro deber el
pensar positivamente y sé que estamos mejorando. Es lindo sentir que tu gente
está ahí apoyándote; mi familia nunca había tenido la bendición de estar junto
a mí en un gran evento internacional y
eso me hizo feliz. Sé que Chile ha crecido deportivamente, tenemos mejor
infraestructura gracias a los juegos y un poco más de cultura deportiva, pero
no quiero que nos quedemos ahí, ahora es el momento de seguir mejorando mucho
más.
¿Qué
impactos han tenido para el movimiento paralímpico los rutilantes triunfos de
Cristián Valenzuela?
Yo siento que si bien el movimiento paralímpico no
es Cristián Valenzuela, -como decía un titular de los Juegos-, él si es
quien nos representa. Gracias a Cristián somos más reconocidos, tenemos más
beneficios y mayor cobertura. Los deportistas paralímpicos le debemos mucho
por este gran crecimiento del movimiento
paralímpico. Yo lo admiro, es el máximo ejemplo del deporte nacional. Con sus
triunfos nos demuestra que sí se puede lograr ser campeones. Creo que los
chilenos deberíamos sentirnos más que felices de tener un campeón como él, y si
todos ponemos de nuestra parte, pueden existir más Cristianes Valenzuela en Chile
y ojalá el deporte paralímpico algún día sea mirado igual que el deporte
olímpico como en otros países.
Descríbenos
los pormenores de la medalla de oro que conseguiste en los 800 mts.?
La medalla
de oro que gané en los juegos Parasuramericanos Santiago 2014 es la coronación
de mucho esfuerzo, lágrimas, derrotas y alegrías. Es el resumen de todos estos
años de carrera deportiva, es el premio más hermoso en estos seis años, desde
que di mis primeros pasos en este mundo del deporte y decidí ser parte de él.
Previo a los Juegos Suramericanos -cinco meses
antes- tomé la decisión de cambiar de entrenador. Fue un paso difícil de dar y
pasé a ser parte del equipo del profesor Ricardo Opazo, que en ese entonces era
el entrenador de Cristian Valenzuela y que actualmente es el entrenador oficial
de la selección nacional de atletismo paralímpico. Ese gran paso fue lo que me
llevó a esa tan anhelada medalla. Hicimos un buen trabajo de equipo con mi
entrenador, mi guía Francisco Muñoz y yo. Nos concentramos en el mes de febrero
en la ciudad de México y todo se dio perfecto, gracias a la confianza de mi entrenador
y del comité paralímpico también.
Sabíamos que íbamos por medalla, pero yo no tenía
muy claro cuál. Tenía temor en no poder controlar la ansiedad, miedos y algunos
conflictos que no nos dejaron muy tranquilos los días previos a la competencia.
Sin embargo, logramos dejar todo eso de
lado y confiamos en el trabajo que veníamos realizando. El mismo día de la
competencia, recién supimos quiénes serían nuestras rivales y ahí confirmamos que
íbamos para plata o para oro y que eso iba a
depender únicamente de nuestro desempeño en la pista.
Ese día nunca lo olvidaré, fue un día único. Nunca
olvidaré a mi familia gritando por mí, todos felices, haciéndome sentir que era
la mejor… fue hermoso. Me paré en la pista concentradísima -ese domingo 30 de
marzo-, dejé de escuchar a todo el mundo y luego de ese gran disparo, no supe
nada más del mundo real. Fueron los minutos más míos que jamás había vivido y
solo cuando llegué a la meta supe que habíamos ganado. Fue una de las alegrías
más grandes y hermosas de mi vida, rompí en lágrimas y no atiné a nada más, no me
importaban los medios, las cámaras, nada.
Solo pensaba en lo merecida que era esa medalla para mí y en lo feliz
que estaba, me costó mucho asumir la realidad
y hasta el día de hoy me cuesta.
Esta medalla me ayudó a creer en mí, a darme de cuenta
que sí soy capaz de lograr lo que quiero y que Dios me ama muchísimo. Todo se
lo debo a él, a mi familia, principalmente a mi madre y a Alejandro, mi mejor
amigo, compañero y pololo, que me trajo a esto seis años atrás.
¿Cuál
es el actual nivel del atletismo paralímpico suramericano?
El atletismo parasuramericano es de muy buen nivel.
Si nos damos cuenta tenemos a grandes potencias del continente: Brasil,
Venezuela y Colombia. Ellos son muy fuertes y no tan solo a nivel suramericano
o panamericano, sino que a nivel mundial, y vaya cómo hacía falta que se
realizara la primera competencia parasuramericana oficial, para que así siga
creciendo mucho más el movimiento paralímpico en Sudamérica.
¿Qué le falta al deportista chileno para
lograr triunfos en el contexto internacional?
Pienso que falta orden en el deporte en general,
pero mucho más en el deporte paralímpico, que es un movimiento que está en
pleno desarrollo. Pero estamos creciendo rápidamente. Nos falta apoyo, tanto
económico como cultural, y los chilenos todavía no conocen el deporte
paralímpico. Somos un país donde solo un deporte es el que importa y los demás
pasamos a segundo y tercer plano. Creo que no somos un país deportivamente
unido. Nos falta mentalidad, creernos el cuento, saber y sentir que somos los
mejores; la actitud hace mucho.
¿Cuál
es tu opinión de la creación del Comité Paralímpico de Chile?
Siento que era algo que nos hacía mucha falta como
movimiento; estábamos muy solos. La creación del Comité Paralímpico nos da
muchas esperanzas. Debería haber un mayor orden, una mejor preparación y
deberíamos dejar de ser el hermano chico del deporte olímpico y pasar a ser
pares. Confiamos en los dichos del Gobierno,
de que exista una línea de financiamiento directa para nosotros, para que el
deporte paralímpico crezca mucho más.
¿Cómo
adviertes la creciente inserción de las mujeres en diversas disciplinas
deportivas?
Creo que cada vez somos más las mujeres que nos
atrevemos a ser deportistas; tengo la fe de que algún día seremos muchas más y
ya no existirá esa brecha tan grande tanto en el deporte convencional como en
el paralímpico. Donde, en un futuro cercano, no tengamos que quedarnos con
menos disciplinas por la poca demanda de mujeres en el deporte. Para ser deportistas
hay que ser valientes y eso es algo que
nos caracteriza a las mujeres.
¿Qué
te parece una mujer como ministra del Deporte?
Me parece buenísimo que quien nos represente en el
deporte sea una mujer, no tengo mucho conocimiento de sus talentos ni virtudes
para ser la ministra del Deporte, pero lo que he podido compartir con ella
hasta ahora me parece bien y espero que pueda cumplir con todas nuestras
expectativas.
En
Chile el sedentarismo de la población supera fácilmente el 90%. ¿Cuál es tu
visión respecto a una enfermedad crónica incrustada en nuestra sociedad?
Es una pena terrible, no sólo por el área del
deporte, sino por la mala salud que implica eso. Tengo la esperanza de que eso
vaya disminuyendo con el pasar del tiempo: cada día más personas le toman el
gustito al deporte, espero que no nos quedemos solo en eso y aprendamos a ser
más saludables en todo. Que aprendamos a comer, que seamos más deportistas y
que criemos mejor a nuestros hijos desde pequeños, en un mundo mejor y más sano,
para que aprendamos a querernos y valorarnos más. Para que esto mejore,
nosotros debemos dar el primer paso; yo sé que es un tema conflictivo, pero
esto va mucho más allá que salir a trotar
algunos días a la semana. Todo parte por uno mismo: si tú cambias, ya estás
cambiando el mundo.
¿Podrás
compartir tu mejor anécdota?
No sé si es mi mejor anécdota, pero es la que siempre se me viene a la
mente. En mis primeros años, solía mucho
ir a corridas en calle, y como estaba recién partiendo, no tenía un guía aún,
así que un día llegué a la corrida nos acercamos al animador y le pedimos si
podía decir por el micrófono que yo necesitaba un guía. Bueno, cuento corto,
llegó un joven que iba a competir por
primera vez, practicamos un poco lo de la cuerda y el braceo antes, y ya,
partimos. A los cincuenta metros de la largada había una pendiente y él (Sebastián Valdés) me dice: ¡Pendiente
ahora! Y me caí a los cincuenta metros
que llevábamos corriendo juntos, porque no me dijo si la pendiente era hacia arriba o hacia abajo…Yo
siempre pensé que la pendiente era hacia abajo, pero no. Y me caí… Desde ese
entonces Sebastián y yo aprendimos lo importante que es dar bien las
indicaciones. Luego de eso corrimos durante cuatro años
juntos y ha sido uno de los mejores guías que he tenido.