No veo
televisión, pero me han contado que por estos días han finalizado unas cuántas teleseries.
Una de ellas la protagonizó Jorge Sampaoli con su posible éxodo de la Selección
Chilena de Fútbol. Un mensaje entre líneas que mandó el estratego por la cadena
ESPN desató la trama y el suspenso con respecto a su continuidad en la “Roja”.
Nadie entendía
eso del “compromiso moral” hasta la Copa América 2015, pero con la renovación
de su contrato y los suculentos premios económicos que negoció con la ANFP, ahora
quedó clarito. Habemus Sampaoli para la Copa América 2015, Copa del Centenario
2016, Clasificatorias Rusia 2018 y el Mundial, si se logra clasificar.
No es ningún
misterio que el ex D.T. de la “U”, quiere ir más allá del horizonte sudamericano
y está en su legítimo derecho como profesional. Sin embargo, era ilógico e
incierto proseguir con el entrenador hasta dos meses antes del próximo proceso
eliminatorio. En ese contexto, era imperioso amarrar un contrato por los
siguientes cuatro años. Es cierto, nadie es insustituible pero claramente si el
argentino se iba, se volvía a truncar otro proceso.
Acuérdese que tras
la partida de Marcelo Bielsa, el pase insulso y el juego lateral reaparecieron
como por arte de magia. A los entrenadores nacionales pareciera no interesarles
asimilar los métodos del actual equipo
técnico de la selección nacional y también de otros anteriores. Curiosamente, en
Juan Pinto Durán sólo se registra la visita del uruguayo Martín Lasarte.
Lamentablemente,
este proceso se ha ido enrareciendo con las polémicas salidas de Marcos
González y de Gustavo Canales de la nómina final mundialista. Posteriormente
con la renuncia vía twitter de Jorge Valdivia, los rumores de indisciplina en la
cita planetaria misma y también con la inminente automarginación de Esteban
Paredes. La entrevista que dio el casildense a la mencionada cadena internacional
de televisión y la reunión tipo cónclave que tuvo con algunos escogidos periodistas
chilenos tampoco ha ayudado a desenredar la madeja de suposiciones y especulaciones
que se han suscitado por estos días.
En lo próximo
hay que volver a concentrarse en la pelotita, porque los desafíos que tiene
Chile son bien grandes y la ilusión de ganar algo importante también lo es. No
obstante, antes de iniciar el camino a Rusia hay que hacerle frente a la Copa
América que se organiza en casa y hay que ganarla. Pareciera que no hay otra
consigna, es ahora o nunca.
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