“El miedo tocó la puerta, la fe la abrió y
vio que no había nadie”. Una frase célebre del Premio Nobel de la Paz Martin
Luther King, que esta noche podría ser la consigna perfecta de la “Roja” para
el confronte ante los uruguayos por los cuartos de final de la Copa América 2015.
Usted me dirá que al frente estará el
combinado que ha ganado dos mundiales, dos oros olímpicos y el más ganador de la
Copa América. También me dirá que los charrúas dejaron afuera a los anfitriones
del torneo en cuatro ocasiones. La última precisamente en Argentina 2011, donde
se impusieron por penales a los locales por 5 a 4 en los cuartos de final.
Un interesante palmarés que la prensa
criolla exacerba con alegorías y fastuosidades, pero que finalmente son cifras que
no se visten de corto y que tampoco entran a la cancha.
La historia a veces pesa, pero en esta competencia todavía no he visto a ningún “cuco”. Permítame decirle que no me
tiritan las piernas con Argentina, Colombia y menos con Brasil. ¡Sí! A Uruguay hay
que tenerle respeto, pero no estamos hablando de una de sus grandes plantillas.
La cosa hubiese sido muy diferente con Luisito Suárez u otros próceres de antaño en la cancha.
Quiero creer que Chile superó su fobia a los colores de algunas camisetas y que hoy no
será sorprendido por el más que anunciado ataque aéreo de los yoruguas. Asimismo,
que Jorge Sampaoli ponga el refrigerador en la cocina y la cama en el
dormitorio y que ni se le ocurran esos inventos raros con los que se ha
complicado solito la vida.
Más allá de las virtudes del contrincante
y de la supremacía en los enfrentamientos entre sí, prefiero ver el vaso medio
lleno y acordarme del último triunfo -por este mismo torneo- de 1983 con los
goles de Rodolfo Dubó y de Juan Carlos Letelier. También del “gol imposible” de Jorge Aravena
por las eliminatorias a México ’86, del centro de Víctor Hugo Castañeda y el
posterior testazo de Marcelo Salas rumbo a Francia ’98 y de las estocadas de
Esteban Paredes y de Eduardo Vargas en las clasificatorias a Brasil 2014.
Para situaciones como estas, los expertos
en psicología nos dicen que tenemos que anhelar el objetivo con todas nuestras
fuerzas, reconocer además que tenemos con qué hacerlo y decir que lo vamos a
lograr. La “Roja” quiere conseguir algo grande en la Copa América, tiene con
qué hacerlo y ahora más que nunca: ¡Sí, se puede!
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