Chile consiguió canasta
completa en esta doble fecha clasificatoria. Algo que no ocurría desde hace un
año, cuando se le ganó por la quinta y sexta fecha a bolivianos y venezolanos en
sus propios domicilios.
Acuérdese de que
después del triunfo a la vinotinto,
la “roja” nunca más volvió a abrazarse con Claudio Borghi en la banca.
Consecutivas caídas ante Colombia, Ecuador y Argentina sentenciaron la
continuidad del ex D.T. de Colo-Colo.
Con casi un pie
y medio afuera del Mundial, un 3 de
diciembre de 2012 Jorge Luis Sampaoli tomaba el desafío y también el fierro
caliente de dirigir a la atribulada selección chilena. Convengamos en que el casildense
pavimentó su camino a Juan Pinto Durán, con la campaña histórica que consagró a
la Universidad de Chile como tricampeón chileno y como campeón de la Copa
Sudamericana 2011.
De esa mítica
alineación, hoy son números puestos en la “roja” Marcos González, José “Pepe” Rojas, Eugenio Mena, Marcelo Díaz
y Eduardo Vargas. Súmele a esa pléyade azul, el aporte de los ex colocolinos
Claudio Bravo, Gonzalo Jara, Arturo Vidal, Matías Fernández, Esteban Paredes y Alexis
Sánchez.
Las selecciones mundialistas
criollas, siempre se cimentaron en los grandes equipos locales. El ballet azul para el Mundial del ’62,
Colo - Colo ’73 para la cita de Alemania ’74, la “U” ’96 para Francia ‘98 y Colo-Colo 2006 para la justa de Sudáfrica
2010.
Todas estas
oncenas fueron lideradas por caudillos de la talla de Leonel Sánchez, Eladio
Rojas, Elías Figueroa, Alberto Quintano, Marcelo Salas, Iván Zamorano y Claudio
Bravo entre otros. Asimismo, Arturo
Vidal está llamado a guiar los rumbos de Chile de cara al Mundial. El volante
de la Juventus dio en el Defensores del Chaco una de las mejores exhibiciones futbolísticas de un
criollo en pastos forasteros. Y en Santiago ante los bolivianos, el oriundo de
San Joaquín se ungió entre las mejores figuras del cotejo.
El retorno de David Pizarro es un acierto de la
gestión de Jorge Sampaoli. ¿Qué duda cabe? El porteño esquivó a la selección
durante ocho años. Sin embargo el estratego trasandino lo convenció con su dogma
futbolístico y con su estricto régimen disciplinario.
El hijo pródigo
vuelve a casa, con la humildad de siempre y con la calidad intacta. El fantasista, no vuelve para ser niñera de jóvenes de 19
años, tampoco vuelve para patear un letrero e irse para siempre. Esta vez vuelve
para ir al Mundial…
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