Kristel trabajadora, perseverante y humilde,
tus brazadas nunca se detuvieron y la justicia tardó pero llegó. Sobre todo en
este país ingrato y sin memoria.
Ahí está tú nombre en lo más alto del Centro
Acuático del Estadio Nacional, pero no brilla porque las letras sean de metal,
brilla porque tú lo pusiste en lo más alto, donde nadie más ha podido llegar.
Por Dios que merecido, por Dios que justo, por
Dios que gran deportista y persona eres, Kristel. No lo digo yo, lo han visto
todas y todos los chilenos a través de toda tú carrera y desde hoy muchos niños
aprenderán tú nombre y te recordarán por siempre como la mejor nadadora chilena
de todos los tiempos. Todas las escuelas de natación de este país, se deberían
llamar Kristel Köbrich Schimlp, para que se multipliquen las estrellas
fluviales.
Gracias, Kristel, por representarnos tan bien
y llevar nuestra bandera, cuando literalmente nadie daba un peso por ti.
Gracias, Kristel, por llenarnos de metales en Juegos Bolivarianos,
Sudamericanos, Panamericanos y Mundiales. Gracias, Kristel por la enseñanza de
superación en Santiago 2023 y gracias por ilusionarnos con París 2024.
Gracias, Kristel, por tanto, quizás este
homenaje recompensa ínfimamente todo lo que has entregado y seguirás entregando
por Chile. Este reconocimiento se realizó en vida y en un de los mejores
momentos de esta gran deportista. En buenahora.
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