Mi
padre me hablaba cuando niño de algunos legendarios boxeadores criollos como el
Tani Loayza, Luis Vicentini, Simón Guerra, Carlos Rendic, Arturo Godoy y
Antonio Fernández (Fernandito). Asimismo, en los ochenta no me perdía las veladas
boxeriles por televisión abierta, donde destacaban los púgiles: Martín Vargas,
Juvenal Órdenes, Allí Gálvez, Benedicto Villablanca, Miguel "Foreman"
Cea, Cardenio Ulloa, Benito Badilla y Bernardo Mendoza entre otros.
Para
mis libros tuve el privilegio y el honor de conversar con el medallista
olímpico Carlos Lucas y con los campeones mundiales Carolina "Crespa"
Rodríguez y Carlos Cruzat. También con Joel Mayo, Bernardo Mendoza, Luis
"Animal" Cerda, Claudio Pardo, Natalia Matus, Óscar
"Jinete" Vergara y Óscar "La Máquina" Bravo entre otros.
El
"Aguja" González es un púgil que sigo desde 2010 y con mi colega -uno
de los mejores comentaristas de boxeo en Chile- Jaime Farías Leiton "El
sensei de los deportes", coincidíamos en que se trataba de un peleador de
grandes condiciones técnicas, tácticas y físicas, pero con un déficit
importante en la potencia de su pegada.
Este
sábado pasado, el renquino no tuvo en Sammy "Huesitos" Reyes a un
rival que contrapesara sus avances en el cuadrilátero, pero de igual forma hizo
lo suyo y en el tercer round lo mandó
para la casa. Tras el accidente del rival original Roberto "Torito"
Rodríguez, podríamos decir que sacó el trámite correctamente.
En
2013, publiqué la crónica "El Aguja manda en casa", donde decía que
se trataba del proyecto quizás más cercano a un cinturón planetario y que sería
bueno verlo pelear más de una vez al año. También en ese texto mencioné que
sería interesante que el púgil hiciera un periplo en el extranjero, por ejemplo
en Argentina donde en un mes se pelea lo que acá se pelea en tres años.
González
tiene un interesante palmarés con veintiocho peleas ganadas y tan solo una
perdida, pero tiene que medirse con rivales superiores para que estos lo sitúen en el contexto del primer mundo boxístico.
Me
gusta el boxeo en escenarios como la Plaza de Maipú, de Puente Alto, la Casa
Piedra y el Monticello. Me gusta el boxeo en la televisión abierta y el
reconocimiento a las glorias de este deporte. Me gustó la perfomance de la
Mascareña y de la Asenjo con ripios pero siempre dando espectáculo. El triunfo
lo vi en las manos de Isis, pero así es el boxeo: un espectáculo. ¿O no?
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