Se acabaron los Juegos Parapanamericanos de Lima
2019, donde la delegación chilena sencillamente descolló con la octava posición,
gracias a los once oros y treinta y cuatro medallas conseguidas en total. Basta
recordar que en Toronto 2015 se obtuvieron cuatro oros y doce medallas,
alcanzando el noveno lugar. Es decir, en la cita peruana casi se triplicó el
total de preseas respecto a cuatro años atrás.
Los agoreros de siempre dirán que solamente se
avanzó una posición, pero el salto cualitativo y cuantitativo es tremendo de
cara a los Parapanamericanos de Santiago 2023. Incluso a nivel regional se
superó a Venezuela, un país que hace rato viene escalando posiciones en el
medallero de las competencias convencionales y paralímpicas. Mientras a Cuba,
otra nación volcada al deporte, se le pisó los talones quedando a tan sólo dos
medallas doradas, a diferencia de Toronto, donde se acabó a quince preseas de
oro de distancia. En tanto, la diferencia con Canadá se estrechó mayormente en
esta competencia, quedando a seis medallas de oro, en comparación a las
cuarenta y seis de Toronto.
Siempre he dicho que en Chile ser deportista es una
condena más que una profesión y creo que para estos muchachos ha sido
exactamente así, porque acá las tribunas mediáticas son escasas, la
infraestructura es escuálida y los recursos son extremadamente reducidos.
Acuérdese que hace muy poco estuvieron protestando en La Moneda por una
asignación más digna de recursos. Por esto mismo, las fotos, las promesas y los
palmetazos ya no sirven.
Pareciera que a muchos políticos ya nada les
conmueve, más allá de sus propias causas e intereses. Los de acá y los de allá
no saben nada de deporte, sino pregúntenle al diputado que dijo que las
Marcianitas habían sido campeonas fuera de Chile en 2006.
Conozco la historia de muchos deportistas paralímpicos,
porque participaron en mi programa de radio “Deportes con y sin pelotas” en
2016 y también los he entrevistado para distintos medios. Por eso, creo que
este y no otro es el momento de darles un apoyo solvente para que sigan
desarrollando sus carreras, porque likes y palmoteos en la espalda les
sobran. Como decía Bielsa: “Quiéreme para ganar, no me quieras porque gané...”.