Anoche había que ganar aunque fuera por
medio a cero, tal como la letra del bolero, -y en la legitimidad del deporte-;
no importaba en qué forma, ni cómo, ni dónde, pero había que ganarle a Perú. La
oferta de Pizzi estaba obligada a ser propositiva y ultra ofensiva, porque el
crédito de la Copa América Centenario ya se le iba agotando. El triunfo se hacía
tan imperioso como el agua para el sediento o como la luz para el día. No
importaba el factor cualitativo y/o cuantitativo. Daba lo mismo. Anoche había que
ganarle al rival pero también a los espectros propios.
Chile fue inmensamente superior a Perú en
el primer tiempo y en eso fue fundamental la maquinita del mediocampo, con su precisión
y con su buen pie. Charles Aránguiz se repuso de la baja actuación en Quito y
volvió a ser el jugador de técnica exquisita y el amigo de todos. Marcelo Díaz puso
la pausa en el sector medio, entregó con claridad y nadie se acordó de Jorge
Valdivia. Asimismo, los laterales se desdoblaron con seguridad y eficiencia. En
el primer tiempo, Mauricio Isla se sacó magistralmente a un defensor peruano por
la derecha y le puso el gol prácticamente en la cabeza a Arturo Vidal, y en el segundo
tanto también se las arregló para habilitar al “Rey”, el monstruo grande que anoche
pasó por el Estadio Nacional y que se echó el equipo al hombro cuando el
panorama estaba negro tirando para oscuro. En tanto, Jean Beausejour se comió la
banda izquierda y fue un constante elemento de peligro para la zaga rival. El descuento
peruano, desnudó los yerros defensivos de un Chile que bajó la intensidad en el
segundo tiempo y que estuvo a punto de verse sorprendido por la escuadra del
argentino Ricardo Gareca.
Había que dejar los puntos en casa y se
logró, pero Juan Antonio Pizzi tiene que trabajar bastante de cara a la doble
fecha de noviembre. Colombia en Barranquilla y Uruguay en Santiago nunca fueron
estaciones fáciles, y Chile en defensa es feble sin Gary Medel. También preocupa
la falta de gol de Eduardo Vargas y Alexis Sánchez. En esta pasada, cuatros
puntos serían excelentes, tres serían muy buenos, dos serían buenos y lo otro,
mejor ni pensarlo. La "Roja" respira pero también suspira, porque está
en la pelea pero todavía afuera de la zona de repechaje.