El lunes por la
mañana se hace imperioso tomarse un cafecito, porque pucha que cuesta despertar
y arrancar en el primer día de la creación. No obstante, si su equipo fue el
que ganó el superclásico, probablemente no necesitó esta semana de ningún
estimulante natural o de alguna bebida energética para esto. Y si no me cree,
pregúntele a los hinchas de Colo-Colo, quienes todavía celebran y se regocijan
con el triunfo ante la Universidad de Chile.
Pero cuando
hablo de hinchas, me refiero a los de verdad. A esos que les gusta el fútbol y
que disfrutan del espectáculo, indistintamente del resultado. No me refiero a esos
desalmados que le dan la espalda a la cancha y que van al estadio a hacer desmanes
y a darse de estocada limpia con la otra barra.
No es que me
esté poniendo viejo o amargado, pero antes las cosas eran distintas y el amigo
del equipo perdedor tenía que pagar con alguna simpática apuesta o decididamente
se tenía que poner la camiseta del rival. Todo en gran camaradería, jocosidad y en la mejor de las
ondas.
Acuérdese de que
en los años sesenta, los jugadores de ambas escuadras se ceñían -sin problemas-
las divisas contrarias para reforzarse en los populares hexagonales de
verano. Si hasta el mismísimo Carlos Humberto Caszely, en enero de 1988, se
puso la “U” en el pecho en un preliminar del clásico universitario, donde se enfrentaron
los rostros de Canal 13, en esa época dependiente de la Pontificia Universidad
Católica, y de Canal 11, de tutela de la Universidad de Chile. El “Chino”
reforzó a los del antiguo Teleonce y la prensa de esos años cuenta que uno de
sus siempre peligrosos ataques fue interceptado nada más ni nada menos que por
el pájaro Guru Guru.
Lamentablemente,
los tiempos han cambiado y lo que otrora fue un espectáculo deportivo, hoy
parece más una guerra. Los jugadores tampoco hicieron mucho para calmar las
aguas y realmente se hizo impresentable la actitud de futbolistas que se dicen
profesionales: el cabezazo de Christian Vilches a “Pato” Rubio, el codazo de Esteban
Paredes al “Pepe” Rojas”, el manotazo de
Osvaldo “Rocky” González a Juan Delgado y para qué decir de las siempre
oportunas palabras de Jhonny Herrera.
Señores, no se
les olvide que el fútbol es un juego en el que se deben preservar los valores del
deporte. Sí, esos mismos que llevaron al plantel de la "U" en 1991 al
Estadio Monumental para saludar y felicitar al Colo-Colo Campeón de la Copa
Libertadores de América.
En resumen, la
jornada arrojó un total de 87 detenidos, 9 formalizados, uno detenido y
muchísima tristeza en los corazones de los que amamos el fútbol. ¡Basta!