viernes, 18 de marzo de 2011

Un gordo problema


Un viejo dicho decía que la gordura era parte de la hermosura. En estos tiempos la gordura es sinónimo de algunas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol, problemas cardíacos y circulatorios.
Es por esto que los resultados del primer SIMCE de Educación Física son alarmantes y no dejan indiferente a nadie con cuatro de cada diez niños de octavo básico padeciendo obesidad: cifras que cuestionan fuertemente el currículo educativo regente y los contenidos de una asignatura que en ocasiones ha sido utilizada como castigo o como moneda de cambio para diversas actividades académicas. En ese contexto se hicieron clásicas las diez vueltas a la cancha por llegar atrasado a la clase o la suspensión de la misma por fenómenos atmosféricos o por algún acto conmemorativo.
Algunos protagonistas del deporte nacional avizoraban esta situación hace algunos años en el libro “Ceacheí” y aquí rescatamos sus testimonios: “Ningún gobierno se ha preocupado de la actividad deportiva de este país; en los colegios hay solo 2 horas de educación física, que además son horas pedagógicas, no son horas cronológicas. Por lo tanto en una hora y media, 10 ó 15 minutos son para vestirte, das dos vueltas a la cancha y ya se terminó. En los países avanzados son 8, 10 o 12 horas”. Carlos Humberto Caszely, disparando como en sus mejores tiempos
“Un aumento concreto de las horas de actividad física en los colegios y universidades, asesoramiento y subvenciones para la creación de clubes deportivos y sociales donde la familia en pleno tenga acceso a ser socios del club y poder realizar actividades lúdico-sociales y deportivas, como parte de la vida familiar”, propone el técnico de hockeypatín, Rodrigo Quintanilla.
“Habría que subirle los bonos al deporte en los colegios; sería muy bueno seguir el ejemplo de otros países como los brasileños, los alemanes; el sistema alemán prusiano, con harto deporte para que los niños no estén haciendo “huevadas” en las calles”, golpea la mesa Carolina Barros, Campeona Mundial de Kung-Fu.
“Hay que fomentar la actividad física a nivel preescolar y escolar. Cambiar los hábitos de un adulto es muy difícil, entonces tenemos que empezar con los más chicos a partir del pre-kinder, luego kinder, luego básica y seguir con ello hasta que salgan de la Universidad”. Aporta su mirada académica, el ex tenista Jaime Fillol.
Voces unísonas que claman un rol más activo de la autoridad ante el flagelo del nuevo siglo, porque nuestros niños no pueden seguir pagando el costo de la modernidad y de una economía de mercado donde abundan los centros comerciales y donde escasean los espacios para la recreación. Porque al gobierno no le puede seguir dando lo mismo un niño comiendo  “chatarra” al almuerzo y matando el día frente a un computador, mientras sus padres cumplen con las extensas jornadas laborales. Porque las políticas de Estado han fracasado y los oídos se han hecho sordos. ¡Porque estamos ante un gordo problema!

 

viernes, 4 de marzo de 2011

¿Cuánto cuesta soñar?


Anoche soñé que Chile le ganaba a Estados Unidos la serie de Copa Davis. Soñaba con un Capdeville que dejaba de ser promesa a los 27 años. Soñaba con un “viejo” Massú derrotando a Roddick -para variar- en cinco dramáticos sets y anunciando su demandado retiro de las canchas.
En mi sopor, veía al capitán del equipo haciéndose cargo de las críticas y jugándosela por la renovación del tenis chileno. Anonadado contemplaba las tribunas colmadas de público, producto de los precios populares dispuestos por la Federación. También veía a dirigentes sin protagonismo y escabulléndose de las cámaras de televisión.
El sueño profundo me hizo emocionar con el histórico triunfo en dobles de Christian Garín y Bastián Malla frente a los invencibles hermanos Bryan para cerrar la serie. Entre pestañazo y pestañazo, divisaba a Marcelo Ríos aplaudiendo desde lo alto del court bautizado recientemente con su nombre. En tanto Fernando Solabarrieta y Horacio de la Peña deliraban en pantalla con frasecitas lacrimógenas: “Somos los mejores del mundo”, “Gracias, muchachos,  por regalarnos este día” y “Los milagros existen y hoy estamos en presencia de uno de ellos” .
Comencé a corear el “ceacheí” y a cantar el Himno Nacional con todo el estadio, hasta que… me desperté y me pillé hablando solo a las cuatro de la mañana. Usted dirá que soy un soñador, pero en época de alzas ¿Cuánto cuesta soñar?